Egea meditó a lo largo de la semana introducir algún cambio en su once. Alguno era obligado, como el inquilino del lateral derecho en ausencia de Johannesson. Pero el golpe de efecto lo buscó el argentino en el centro del campo. En su intervención del viernes, ya había dejado alguna pista: "No cambiarán muchas cosas, pero estamos pensando en cómo podemos formar el centro del campo?". La idea que barajaba en esos momentos y que acabó dando forma en el once fue la presencia de Edu Bedia en lugar de Cristian Rivera. Quería con esta decisión Egea intentar tener la pelota ante un Alavés que replegaría y esperaría su momento.
El plan previsto se cumplió a la perfección, pero quedaban por pulir los matices. El Oviedo fue dominador del juego, de la pelota y de la situación. Al Alavés le quedó la posibilidad de dañar en acciones aisladas. El 1-1 final deja una sensación agridulce en el vestuario. La plantilla entiende que el equipo mereció la victoria y lamenta que no se haya podido sumar de tres, pero también ensalza el trabajo realizado. Lograr dominar al líder de la categoría no está al alcance de muchos.
"En mi opinión merecimos la victoria", empieza su análisis Edu Bedia, encargado de llegar el timón hasta que aguantó la gasolina; "los empates no son derrotas pero es verdad que no te llevan a ninguna parte. Pero creo que nuestra actuación nos puede dar un empujón en la moral. Podemos ser superiores a cualquiera. Era el líder y nos ha tenido respeto desde el principio". La segunda novedad, Nacho López, coincide con su compañero en el análisis: "Es un sabor agridulce, porque se nos escapan 2 puntos que debían haberse quedado aquí. Pero seguimos ahí, metidos en la pelea, que siempre es importante".
La imagen del equipo es la que permite confiar en una segunda mitad de temporada esperanzadora. "Siempre hemos sido sólidos, también en las tardes en las que no estamos tan finos y no jugamos bien. Ante el Alavés lo demostramos. Además, tuvimos la pelota y las ocasiones y ellos tuvieron una y la metieron. Es fútbol profesional y pueden pasar estas cosas", relata Bedia. "Ellos son intensos y supimos llevar el partido. Fue uno de los mejores encuentros de la temporada. Sumando como sea, sin perder,vamos a seguir arriba y podemos optar a todo. Es la línea a seguir", le secunda Nacho López.
Pero el partido deja además otras conclusiones, aplicadas éstas al rendimiento individual. Una de las armas más poderosas del Oviedo es su fondo de armario, su capacidad para, apelando a la profundidad de plantilla, apenas notar las ausencias. Los ejemplos más recientes, los pusieron Edu Bedia y Nacho López el sábado. "Estoy contento con mi rendimiento. He estado casi toda la temporada con molestias y no estaba bien. No es fácil de llevar: entrenaba, notaba molestias y tenía que parar tres días. No conseguía el ritmo. Ahora llevo dos meses entrenando duro, sin dolores y puedo hacer mi fútbol que es parecido a lo que se vio", señala, "Aunque aún no estoy al cien por ciento", matiza. Nacho López reconoce que "al final noté un poco la inactividad, pero me fui satisfecho con el encuentro".
La situación actual ofrece, desde el estricto punto de vista de la estadística, también dos lecturas. La negativa dice que los azules acumulan tres jornadas sin ganar (empates) y eso, en una Liga tan competitiva, supone perder algo de ritmo. El Oviedo es cuarto (ha superado a Osasuna) y sigue teniendo el ascenso a dos puntos de ventaja. El mayor riesgo viene ahora con los perseguidores, equipos al alza que acechan los puestos de honor. El Nàstic ganó ayer 2-1 al Tenerife y se hace con el sexto puesto. También ganó el Elche, éste en Bilbao (0-1), y se sitúa séptimo, con los mismos puntos que los catalanes. La distancia de los de Egea con ambos perseguidores es de un punto.
La visión optimista es que el equipo acumula ocho encuentros sin conocer la derrota, en un tramo de la Liga en el que ha competido de forma notable. En el momento más complicado del calendario, los azules han dado la cara y han mantenido el pulso con los equipos punteros. Ahora, con unos enfrentamientos teóricamente más asequibles, los azules están llamados a dar un salto de calidad en su afán por asaltar las posiciones de ascenso.
