El Oviedo volvió a la senda de las victorias, después de cuatro empates consecutivos, en un partido en el que acabó sufriendo hasta el final, más por la incertidumbre en el marcador que por la capacidad ofensiva de un Tenerife que estuvo mucho mejor en la primera mitad en la que dispuso de sus ocasiones más claras. La lesión de Míchel y en especial la expulsión de Verdés, a falta de diez minutos para el final, aumentó los nervios de un Oviedo que volvió a hacer gala de la pegada de Toché para hacerse con los tres puntos que le acercan de nuevo a la zona de ascenso directo.

La primera mitad fue disputada y entretenida. Los azules, que presentaron las novedades en el once inicial de Verdés, Cristian Rivera y Míchel, entraron mejor en el partido y así en los primeros minutos ya crearon dos ocasiones de gol, la primera de ellas por mediación de Koné, tras un buen pase de Susaeta, que salió rozando el poste y la segundo con un lanzamiento de Toché que paró bien Dani Hernández.

A partir de ese tramo inicial, el Tenerife se rehizo. El conjunto canario comenzó a tocar con sentido el balón y además cuando pasaban del centro del campo eran muy verticales, con balones buscando a Lozano, a la espalda de la defensa azul, que crearon bastante problemas a los locales. El primer aviso serio del Tenerife fue un lanzamiento de falta directa de Vitolo, que paró bien Esteban, en el minuto 15 y el segundo una clara ocasión de Suso que ganó la partida a la defensa azul y su disparo volvió a ser detenido por Esteban.

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El partido estaba igualado, sin que ninguno de los dos equipos consiguiera imponer su control en el centro del campo. Sin embargo, los azules se iban a adelantar en el marcador, en el minuto 23, tras una recuperación de Cristian Rivera que cedió el balón a Susaeta y el centro de éste desde la banda derecha fue rematado de cabeza por Toché a la red.

El gol no cambió el guión del partido. El Oviedo intentaba llegar al área con combinaciones, pero la falta de acierto en el último pase lastraba sus opciones, ante un rival que seguía con su apuesta por el fútbol de toque, confiando sus opciones en ataque al oportunismo y la movilidad de Lozano. Los azules no pasaron por apuros en defensa en este tramo final de la primera mitad, pero tampoco generaron situaciones de peligro ante la portería de Dani Hernández.

La segunda mitad comenzó con los dos equipos buscando progresar con buenas combinaciones. El Oviedo trataba de asegurar más el balón buscando sus opciones ofensivas con paciencia y en una de ellas un buen pase de Susaeta dejó en inmejorable posición a Koné, pero el costamarfileño erró en el control desperdiciendo una clara ocasión de gol.

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El Tenerife lo seguía intentando, pero con menos claridad de ideas ofensivas que en la primera mitad. No obstante, el Oviedo seguía sin conseguir cerrar el partido y las opciones de los canarios estaban abiertas, a pesar de que su capacidad ofensiva era muy escasa. Prueba de ello es que su primer lanzamiento entre los tres palos fue un disparo flojo de Nano, en el minuto 73, que Esteban atrapó sin problemas.

A falta de 14 minutos para el final, Vila entró en el campo para sustituir a Míchel, que se retiró lesionado y solo cuatro minutos después los azules se quedaban con diez jugadores por la segunda tarjeta amarilla de Verdés.

En los últimos minutos el Tenerife lo intentó, pero con más ganas que acierto, ya que no generó situaciones de peligro ante un equipo azul que manejó bien el tiempo de prolongación para asegurar una victoria que rompe su dinámica de empates y le vuelve a acercar a la zona de ascenso directo.