El compromiso de los jugadores del Oviedo con su afición no concluye cuando salen del campo de entrenamiento. Una vez que se quitan la ropa deportiva están disponibles para realizar otras actividades de carácter social, sobre todo con los más pequeños.

La visita que realizaron ayer Linares y Míchel al colegio Santa Teresa fue todo un acontecimiento. Unos 300 niños pasaron el día contando los minutos para que llegaran las 16 horas y poder estar con sus ídolos. Manuel Ruíz, profesor de Educación Física y tutor de 5º. de Primaria del colegio ovetense, explica que "estuvieron nerviosos todo el día, preguntando cuándo venía".

Una vez en el colegio, los alumnos habían preparado dos preguntar por curso para hacérselas a Linares, un jugador al que todos conocían de sobra, y a Míchel, un recién llegado que ya les empezaba a sonar. "¿Cuándo no seas futbolistas qué harás?, ¿Qué haces y qué alimentos tomas para estar tan en forma?, ¿Qué importancia le dais a los estudios los futbolistas?, ¿Qué sientes al salir al campo con la afición animando?", fueron algunas de las preguntas a las que tuvieron que responder.

Pero el de las preguntas fue el momento más tranquilo. Y es que después llegó la locura cuando a los pequeños les dieron permiso para acercarse a los jugadores y fotografiarse con ellos. "Cuando acabaron las preguntas, los chavales se sentaron con ellos en la grada y llegó el baño de multitudes, los gritos, los chillidos,...", explica Manuel Ruíz, que alaba la actitud de los jugadores: "Fueron muy majos, muy cercanos, sin marcar para nada distancia".

También Cervero tuvo tiempo para hacer oviedismo y responder a preguntas. En su caso fue en el IES La Ería. Allí, muy cerca del Tartiere, el delantero y capitán del Oviedo pasó la tarde con 250 alumnos, muchos de los cuales sueñan a diario con vestir alguna vez la camiseta azul.