"¡Entrenen, jueguen y compitan!". Las órdenes de Sergio Egea a sus pupilos fueron concisas y retumbaron en El Requexón. No es la primera vez que el entrenador saca a relucir su carácter aunque en esta ocasión lo hizo con un tono más enérgico que el que acostumbra. Tras los mensajes en tono general, el argentino individualizó con José Fernández y Miguel Linares. La escena surge de una situación que puede dar en cualquier entrenamiento pero sirvió para que Egea elevara el tono y se mostrara firme con sus jugadores. Era la primera vez que se veía un enfrentamiento tan marcado delante de espectadores.

El intercambio de opiniones ocurrió al final de la sesión. Con los titulares el sábado ya en los vestuarios, los jugadores con menos minutos se emplearon en el clásico partidillo, siempre intenso. El duelo acabó con una jugada polémica y con el equipo derrotado protestando al técnico, que hizo de improvisado colegiado, la decisión arbitral. Ante las quejas de algunos y el tono empleado, Sergio Egea decidió mostrarse firme. No estaba dispuesto a tolerar las protestas.

"Me juego la vida yo, y después se la salvo. Se la salvo a ustedes respaldándolos, así que cállense la boca y dedíquense a entrenar, ¿vale?", expresó en un tono alto de voz a los futbolistas que se reunieron en un círculo en torno al argentino. "¡Entrenen, jueguen y compitan! Y ya está. Y cállense la boca", completó su charla colectiva.

Tras ese primer intercambio de opiniones, el entrenador siguió su reprimenda con José Fernández. "Vaya a contarle todo al otro", dijo enigmático Egea a lo que Fernández le contestó con un "Yo no le he faltado al respeto nunca. Y estoy entrenando como un cabrón para jugar". La respuesta del argentino fue concisa: "Cabrón no. Eres un profesional". Antes de finalizar el entrenamiento, el técnico se dirigió a Miguel Linares en los siguientes términos: "¿Y tú, Miguel? Estuviste tres meses, y aguantando. Paciencia eh? respaldándote. No te enojes, no te enojes. No compliques los comentarios, Miguel. El respeto siempre es nuestro".

En un momento del calentón, Egea condensó su malestar en una frase: "¡Estoy hasta los huevos de que se quejen todos!". Las frases del entrenador dejaban entrever que no se trataba de una mera discusión por el partidillo, que había algo detrás.

El club anunció más tarde que se trataba de una dimisión por "motivos personales" pero fue Arturo Elías el encargado de desvelar las verdaderas razones. "Son motivos de vestuario", expresó a través de Periscope el yerno de Slim en su aparición para aclarar los términos de la salida de Egea.