El propio Elías incidía después en que uno de los principales focos del problema radicaba en la caseta. "Hablé con todos los jugadores y ellos también creen que el cambio viene bien", comentó Elías a los aficionados azules interesados en arrojar claridad sobre la salida del técnico.

Desde su llagada al banquillo del Oviedo. Egea ha tenido como principal arma la gestión del grupo. El argentino siempre se ha considerado un gestor por encima incluso de entrenador. El reparto de esfuerzos, mantener al grupo unido y hacer que el equipo funcione como un bloque son sus logros a los que han acompañado los incuestionables resultados deportivos. El ascenso a Primera es el mejor ejemplo. Pero la relación se había deteriorado en las últimas fechas.

Egea siempre había defendido a sus pupilos públicamente. También tras las derrotas. La última ocasión se pudo comprobar el pasado sábado, tras la derrota ante el Valladolid. "Lo achaco a que, a pesar de los grandes profesionales que tiene el Oviedo, se puede tener una noche mala. No tengo nada que reprochar a los futbolistas", explicó. Tras perder en Mallorca usó un tono similar: "Me voy satisfecho de cómo compiten los jugadores del Oviedo. Salimos con la cabeza alta".

A pesar de las dos derrotas seguidas, la situación en la tabla sigue siendo sugerente para el Oviedo. Los azules suman 46 puntos después de 29 jornadas disputadas. La puntuación, en una Liga tan igualada como la actual, supone una invitación a luchar por el ascenso directo. Los resultados de la última jornada sirvieron para que la derrota ante el Valladolid doliera un poco menos. La despedida de Egea deja al equipo en una situación muy golosa para el técnico que se haga cargo del equipo hasta el final de la temporada. Pero también tendrá una exigencia máxima como explicó Arturo Elías: "Al nuevo técnico le diré que el objetivo es ascender a Primera".