Los seguidores azules nacidos a finales de los setenta y en los ochenta del pasado siglo tienen en Carlos Muñoz a su gran referente. Tras deambular por varios clubes españoles, entre ellos el Barcelona y el Elche, el delantero jiennense llegó en 1987 al Oviedo, equipo que le consagró. Al lado de jugadores como Sañudo, Hicks, Vili o Ricardo Bango, Carlos sobresalió como mejor jugador, convirtiéndose incluso en el máximo goleador de la categoría con 25 tantos, goles que ayudaron al ascenso del equipo al final de esa campaña. Tras un año en el Atlético de Madrid (campaña 88-89), el ariete retornó al Oviedo, donde permaneció siete años jugando siempre al máximo nivel y demostrando su alta capacidad goleadora. Dejó la entidad azul en 1996, aunque no colgó las botas hasta el año 2000.

Uno de los compañeros de Carlos fue Berto, "el motorín", quien, hasta la fecha, es el futbolista que más veces ha vestido la elástica oviedista. La lució en 512 partidos oficiales, disputados en quince temporadas (de 1984 a 2000). Quince años en los que Berto (328 de ellos en Primera División) y muchos otros jugadores de la región vieron cómo el club se internacionalizaba, especialmente a finales de los noventa. Entre estos grandes jugadores extranjeros, muchos de ellos de gran renombre internacional, destacan Jokanovic, Paulo Bento, Dely Valdés, Prosinecki o Peter Dubovsky, fallecido en un fatídico accidente durante unas vacaciones en Tailandia en el año 2000.

La lista de leyendas azules puede llegar a ser interminable. Durante las últimas campañas, la mayoría de ellas lejos del fútbol profesional, la afición oviedista siempre ha tenido referentes. Uno de ellos es el portero Esteban que está disfrutando de sus últimos años en activo en la entidad carbayona. El avilesino ha sabido representar como nadie el sentir de unos seguidores que nunca han dejado a su equipo hundirse. Mención especial requiere Diego Cervero, goleador que, ya sea en el campo, en la grada o en el banquillo, refleja como nadie la pasión a los colores azules.