Al final de su intervención, y con el gesto relajado después de someterse al intenso interrogatorio de los periodistas, a Joaquín del Olmo se le preguntó por cómo se había llegado a una situación así. Con el Oviedo en posiciones delanteras y en comunión con la grada, la salida de Egea creó un terremoto del que aún no se ha recuperado el club. La última decisión, la destitución de Del Pozo. "Esto es el Oviedo. Lo entiendes si estás dentro", contestó Del Olmo mitad divertido, mitad resignado. El asesor explicó la postura del club ante la salida de una de las personas de su confianza hasta la mañana de ayer.

"Llevábamos tiempo valorando esta opción. Es una decisión que tomamos entre Arturo Elías, Joaquín del Olmo y yo", intervino en primer lugar Menéndez Vallina, el presidente, antes de que Del Olmo tomara la palabra para entrar en detalles. "Queremos cambiar el rumbo de cara a la temporada que viene", comentó el asesor como primera aproximación al asunto. "Tuvimos una conferencia telefónica con Arturo para tomar la decisión. Es el momento justo para planificar la próxima campaña. Estamos buscando la persona adecuada para encargarse de la dirección deportiva, hasta entonces César Martín y yo nos haremos cargo. Queremos darle un giro a lo que estábamos haciendo", añadió.

A la hora de analizar el momento, por qué ahora y no al final de campaña, Del Olmo echó la vista un poco más atrás: "Lo marcan los resultados. Tampoco nos esperábamos que se fuera Egea. El día de la rueda de prensa de su despedida yo no abrí la boca y debería haberlo hecho. Había muchas cosas que contar. Me equivoqué. Tenía que haber comentado qué había pasado, porque no fue solo por aquella discusión con algunos futbolistas. Arturo le insistió cinco veces en que se quedara y él contestó que era mucha presión". Queda así fijada la despedida de Egea como un punto de inflexión importante en la situación que ha terminado con la salida de Del Pozo. "Después de eso llegó una crisis", continuó Del Olmo, "y ahora nos replanteamos cosas porque podemos acabar la temporada bien". Y culminó su juicio: "Buscamos otro tipo de director deportivo, que nos dé otro tipo de jugadores".

El cambio de guión, explicó el mexicano, se limita a la dirección deportiva. Al menos, de momento. "Somos ambiciosos y tenemos pensado reestructuras algunas áreas del club. En algunos sectores estamos cortos, pero que nadie espere un cambio drástico de la noche a la mañana", aseguró antes de que se le cuestionara directamente por Generelo, el entrenador que contaba con el apoyo de Del Pozo. "Él no tuvo nada que ver en la contratación del entrenador. Es una decisión de Arturo, del presidente y mía", matizó Del Olmo; "Generelo sigue siendo la mejor opción para el Oviedo".

El mexicano agradeció la labor de Del Pozo, al que calificó como "mi amigo y un trabajador en todos los sentidos", pero quiso fijar el foco en el futuro inmediato. Con el Oviedo en zona de play-off, el ascenso es visto desde el club como algo aún posible. "Este equipo significa algo especial para la gente y sé que en los momentos difíciles van a responder. Es una crisis pero hay que recordar de dónde viene el Oviedo. Había una comunión que se ha perdido, es cierto, Lo que se armó en torno al club no fue bueno".

Joaquín del Olmo también quiso incidir en el papel de Carlos Barra, el segundo técnico llegado desde México para ayudar a Generelo. "Nos pareció correcto traer alguien de experiencia para ayudar al entrenador. Queríamos alguien que no conociera el entorno, limpio de cabeza. En ningún momento se impuso", señaló. A continuación describió su labor como analista en la distancia, ya que no se sienta en el banquillo: "Barra está en una zona del estadio analizando y habla por teléfono con Nacho Gonzalo, el preparador físico, que está en el banquillo. Como hace el Barça con Unzue".

Del Olmo, directo en todas sus sentencias, fue preguntado en última instancia por su futuro en el club azul más allá del 30 de junio. Respondió con firmeza: "Por decisión mía, no me voy a ir. Solo me haré a un lado si Arturo Elías pierde la confianza en mí. A veces es cierto que me entra la nostalgia pero soy cabezón y creo que el equipo va a salir adelante".