La decisión estaba tomada desde hace semanas, prácticamente desde que el Oviedo se puso en contacto con él, pero la burocracia retrasó los tiempos. En cuanto el Madrid dio el visto bueno definitivo, Lucas Torró sintió el alivio de verse embarcado en un nuevo proyecto. "Tenía un par de propuestas más pero el Oviedo me llamó y me convenció desde un principio", señala. En la decisión de Torró pesa la propuesta de un club que ofrece un proyecto ambicioso. Y la presencia de Hierro, por supuesto.

"Conozco a Hierro pero vengo por el Oviedo, porque es un club importante que me hará crecer como futbolista. Me ilusiona. Es una oportunidad". Torró intenta equilibrar el peso en su decisión entre el entrenador y el equipo, pero es suyo es un fichaje de autor. Hierro conocía al centrocampista de su etapa en el Madrid. El club blanco había apostado fuerte por el alicantino, una visión en la que coincidía con la Federación: Torró era habitual en las categorías inferiores de la selección. La progresión del pivote sufrió un frenazo inesperado la pasada temporada. Los problemas de pubis no le permitieron tener protagonismo. Le costó encontrar un hueco en el siempre competitivo Castilla y acabó la temporada (nueve partidos, dos como titular) con la sensación de año desperdiciado. Por eso, ahora la perspectiva está clara: "No tuve continuidad el año pasado por lesiones. Ahora toca borrón y cuenta nueva, solo espero empezar bien aquí, ir cogiendo poco a poco la forma y sumar".

Lucas Torró es un refuerzo más para el centro del campo. Hierro cuenta con cinco pivotes puros en estos momentos. Están Bedia y Rocha en un perfil más creativo; y Erice, Vila y ahora Torró para las labores de intendencia. Así se cataloga el alicantino, un centrocampista de imponente físico (190 centímetros) que tiene como misión principal poner orden desde la medular. "Mi labor es aguantar al equipo en la faceta defensiva y, después, si se puede, incorporarme al ataque, abrir huecos", se define antes de lanzar algunas claves para el éxito en Segunda, una categoría con la que ya acumula cierta experiencia a pesar de su juventud: "Debuté con 17 años en Segunda con el Alcoyano y en primer año del Castilla también jugué, aunque acabamos descendiendo. Es una categoría complicada, competitiva, igualada. Hay que dejarse la piel porque un fallo te puede costar el partido".

Como ha ocurrido con todas las incorporaciones de esta temporada, en esta ocasión también fue César Martín, responsable de relaciones institucionales y apoyo de Del Olmo en la dirección deportiva, el encargado de presentar a la última pieza en llegar al esquema de Hierro. "Agradecemos al Madrid las facilidades puestas desde un primer momento para la llegada de Lucas Torró", expresó César. "El cuerpo técnico le conoce perfectamente. Sabe lo que es verter la camiseta del Madrid y aunque las lesiones no le dieron continuidad la pasada temporada estoy seguro de que hará una gran campaña aquí. Tiene presente y futuro y sumará desde el primer día", añadió el directivo.