El Deportivo elevó el listón de la pretemporada azul y aunque los de Hierro intentaron contestar con orden y trabajo defensivo no pudieron aguantar el dominio coruñés. Los de Garitano se impusieron 2-0 para llevarse el Emma Cuervo y para el Oviedo la cita significó una oportunidad para probarse ante un rival de entidad. Por suerte, el nivel medio en Segunda no se acerca a este Depor de Garitano, siempre con una marcah más en el terreno de juego.

En el debate estival sobre el sistema a usar, Hierro sumó otro voto a favor del 4-2-3-1. Ayer probó de nuevo ese dibujo, con súper población en el centro del campo en lo que parecía una apuesta por discutir la posesión de balón al Deportivo. La elección de nombres también parecía reforzar esa tesis. No es lo mismo que sea Jonathan Pereira, futbolista vertical con un imán hacia la meta rival, el que se sitúe por detrás de Toché a que lo haga Bedia, como sucedió ayer, un centrocampista puro con necesidad de entrar en contacto con la pelota. La teoría estaba clara. Pero el Deportivo no lo puso nada claro.

Las categorías se notan aunque sea en pretemporada, y los coruñeses mostraron desde el primer momento contar con una marcha más. Garitano, el hombre que encontró una fórmula exitosa con el Éibar, trata de encontrar ahora un Dépor valiente que juegue en campo contrario. O al menos esa es la impresión que da.

El Oviedo quiso dejar apartada la diferencia de categoría intentando jugar de tú a tú a su rival. No siempre logró enlazar con el centro del campo, pero se agradece el intento. Hierro quiere que sus hombres crezcan con el balón, por ahí puede ir una pista de peso de cara a la temporada.

Los fallos dominaron a los aciertos en la primera mitad, síntoma indiscutible de que estamos en julio, con las piernas cargadas y las ideas por repasar. La primera opción de peligro no llegó hasta el minuto 29 cuando Sidnei remató arriba un córner en el que se encontraba solo. Lucas, un incordio constante para los centrales, no llegó después por poco al remate.

Se sacudió el dominio el Oviedo con una vieja arma muy efectiva: Susaeta lanzó una falta desde el lateral pero Lux detuvo con seguridad. La más clara del primer acto estuvo en la zurda de Lucas pero su vaselina se fue al larguero.

Del Oviedo dominado de la primera parte destacó Torró, al que a sus evidentes condiciones físicas (planta de centrocampista británico) le suma un más que pulcro desplazamiento en largo. En teoría es un pivote de carácter defensivo pero ayer apareció en la construcción más que Rocha, su acompañante.

Solo hubo una sustitución al descanso, en las filas gallegas. El Dépor, que mantuvo su estilo, encontró la vía. Fue en el 54. Lucas amagó con alejarse de la línea de fondo y encontró una autopista donde solo había una baldosa. Cedió atrás y del chut desde la frontal se aprovechó Borja Valle, azul las dos últimas temporadas, para batir a Juan Carlos.

Intentó reaccionar el Oviedo y Hierro movió el banquillo. Entraron Erice, Esteban, Alaniz (debut del uruguayo), Pereira y Viti y los azules parecieron encontrarse mejor con el paso de los minutos. En los momentos de mejor cara azul, llegó el segundo. También en una acción de calidad. Guilherme dibujó un servicio medido desde el centro el campo y Fernando Navarro aprovechó la espalda de Fernández para controlar y batir a Esteban.

El gol acabó con el partido, aunque los azules siguieron intentándolo. Para Hierro, la prueba pasa como el test más serio en lo que va de pretemporada. Pronto para anotar notas definitivas aunque válido para intuir lo que puede esperar de su equipo. Los test más exigentes siempre dejan conclusiones interesantes.