El Oviedo puede sacar algunas conclusiones positivas de Ponferrada pero también varios aspectos que mejorar. El conjunto beciano es un buen equipo, un claro candidato al ascenso a Segunda, que maniató a los azules en el primer tiempo y que tuvo ocasiones de empatar en el segundo. Los azules supieron reaccionar a un mal primer tiempo, sobre todo por la aparición de Nando, pero les faltó mordiente en ataque y más contundencia en defensa.

El Oviedo presentó ante la Ponferradina una alineación en la que sorprendió la presencia de Peña como central izquierdo. Verdés no saltó al campo, lo cual puede estar motivado por alguna molestia física.

Pero ka defensa no fue el principal problema para el Oviedo en la primera parte. Es cierto que la Ponferradina dispuso de ocasiones, pero lo que más llamó la atención fuer la ausencia de ataque en el Oviedo. Una ordenada y presionante Ponferradina maniató completamente a los azules. Ni Varela subiendo desde atrás, ni Nando y Susaeta desde los extremos ni Pereira ni Toché como hombres más adelantados pusieron en aprietos la portería rival. Los dos mediocentros, muy pendientes de ayudar atrás, no consiguieron darle velocidad al juego azul. Tan solo a los 25 minutos una buena y rápida combinación en el centro del campo acabó con un pase que dejaba solo a Pereira pero al que el gallego no pudo llegar. Todo lo demás en ataque lo hizo el equipo local.

Y es los azules sufrieron bastante en la primera mitad. Los de Hierro trataron de mantener el orden en todo momento, pero ni consiguieron crear ocasiones de peligro ni pudieron evitar que su rival las tuviera. Los locales, un equipo que por lo mostrado ayer parecer un claro candidato al ascenso a Segunda, fueron mejores en la primera mitad.

Y eso que el encuentro comenzó con un disparo desviado de Pereira cuando aún no se había cumplido el primer minuto. Pero enseguida respondieron los bercianos con un chut que Juan Carlos tuvo que desviar a córner. A partir de ahí el encuentro entró en una fase anodina. Ninguno se acercaba al área rival, faltaba algún jugador con chispa para desequilibrar la contienda.