El debate no es nuevo. Apelar a la calma ante la afición ha sido un recurso habitual durante la última década, especialmente en la etapa del barro. Los entrenadores que llegaban a Oviedo solían quejarse, primero en privado y más tarde ante los micrófonos, de que el exceso de exigencia se engullía a algunos futbolistas. Era la época en la que el Oviedo luchaba contrarreloj por recuperar el tiempo perdido en la élite. El regreso a Segunda hace dos temporadas pareció aliviar ese efecto pero incluso el mismo Sergio Egea, el hombre pausado, advirtió la temporada pasada en pleno mes de octubre sobre los males de la impaciencia. "No se asciende en octubre", aseguró en la rueda de prensa posterior a la victoria azul en Valladolid (2-3).

La reclamación hecha pública por Hierro tiene sus antecedentes, aunque en esta ocasión quizás ha llegado antes que nunca. En un partido en el que la afición no quedó del todo satisfecha con el empate sin goles, la visión de Hierro se dirigía en una dirección diferente. El malagueño sí vio a un Oviedo notable, "el más completo de la temporada", según sus palabras. En ese contexto es donde nace la reflexión sobre la ansiedad que amenaza al club.

La plantilla del Oviedo también entra de pleno en el debate tras las palabras de su entrenador. Los futbolistas son conscientes de que juegan en un club con un nivel de exigencia elevado pero, al menos en la teoría, buscan la lectura positiva del asunto. "Ya sabemos que aquí aprietan", valora José Fernández las palabras del entrenador. El andaluz fue uno de los señalados por la grada la temporada pasada pero parece que este curso está logrando cambiar la opinión del público con actuaciones sólidas en defensa. "La exigencia hay que aceptarla y que la gente nos apriete las clavijas es bueno. La afición es siempre soberana", incide.

Óscar Gil es, como Hierro, uno de los que se ha encontrado de bruces este año con la idiosincrasia del oviedismo. Para el central, titular en los últimos encuentros desde la lesión de Verdés, la lectura también es positiva. "Todos sabemos que el Oviedo es un club exigente, pero el primero que nos exige en el día a día es el entrenador. Y también nosotros mismos nos exigimos", explica el navarro. "Nosotros queremos conseguir siempre la victoria y salimos a por el partido, así que tenemos que estar contentos con el esfuerzo hecho", añade.

Con el nivel de exigencia asumido, parece que serán los resultados los que dicten sentencia sobre la valoración del equipo. Después de un mes de competición, el Oviedo es 12º, con cinco puntos sumados, a uno del play-off y a dos del ascenso directo. La siguiente prueba para los de Hierro es ante un rival en una situación más urgente: el Getafe.

El Moderno, en El Requexón. El club azul anunció ayer que cederá las instalaciones de El Requexón para que el Oviedo Moderno juegue el 17 de septiembre (16.00 horas) el XIV Memorial Pedro Rodríguez, ante la sección femenina del Athletic de Bilbao. El encuentro se diputará en el campo número II, mientras que el Vetusta jugará también en El Requexón el mismo día a partir de las 17.00 horas. El precio de acceso al recinto para seguir ambos partidos es de 12 euros para el público general, 3 para abonados del Real Oviedo y del Oviedo Moderno y gratis para los que tengan el carnet de "El Requexón".