Las cifras son difíciles de rebatir. Solo el Mallorca, un gol a favor, presenta unos registros ofensivos más pobres que Getafe y Oviedo, los dos equipos que se miden mañana en el Coliseo Alfonso Pérez (18.00 horas). Pero un simple vistazo a las plantillas sirve para sospechar que la sequía es cuestión de un mal momento. Esnaider cuenta en su ataque con Jorge Molina, Scepovic y Kike Sola, mientras que Hierro puede tirar de Toché, Michu, Linares y Jonathan Pereira. En el caso del técnico azul no muestra dudas sobre el potencial de sus delanteros: "Con los cuatro delanteros de la plantilla tenemos garantías de sobra para afrontar cualquier partido", asegura convencido Hierro.

Esta semana, el entrenador ha probado en algunos momentos con un ataque formado por Toché y Michu. Es la fórmula empleada en la última media hora ante el Mirandés, cuando había que buscar el camino más directo hacia la meta rival. Pero Hierro no suelta prenda cuando se le menciona la posibilidad de que los dos jueguen de inicio. "Son solo pruebas?", esquiva el asunto y pasa a alabar a la pareja en cuestión: "Toché y Michu tienen experiencia y nivel. Saben de lo que estamos hablando porque se han movido a un nivel extraordinario, son profesionales. Claro que pueden jugar juntos".

La eficacia goleadora de los cuatro atacantes está fuera de toda duda tras sus últimas campañas. Pero Hierro va más allá y alaba los diferentes registros que cuatro atacantes tan diferentes pueden darle a su pizarra. "Linares y Pereira nos ofrecen cosas diferentes. Que tengamos cuatro atacantes con perfiles diferentes es bueno para el equipo. Uno puede ser la referencia, otro llegar desde la segunda línea, otro buscar la profundidad?", indica.

La semana de trabajo en El Requexón se ha desarrollado en calma, en el mismo clima que ha rodeado al equipo desde que se inició la competición. Aunque en la sala de prensa se ha tratado habitualmente el debate lanzado por Hierro tras empatar ante el Mirandés. El de la ansiedad en el Tartiere y la petición de ayuda para que la afición esté en todo momento con el equipo. Preguntado por las consecuencias de aquella reflexión, Hierro incide en el asunto: "Lo dije porque creo que juntos somos más fuertes. Lo que sucedió está para aprender pero es cosa del pasado y yo soy más de mirar hacia adelante, de sumar. Si nos centramos en el pasado, nos vamos a perder el presente y el futuro". Y añadió: "Los futbolistas dan su vida en el día a día. Que nadie ponga en duda su profesionalidad. Aquí todos vamos en la misma dirección y queremos la unión para que este proyecto crezca. Necesitamos tranquilidad y visión de futuro, que nuestro campo sea un fortín y que la gente se divierta porque los futbolistas han dejado hasta el último gramo de su esfuerzo".

Y le camino más sencillo para que la gente se sume al carro de la ilusión son los resultados. El Oviedo ha entrado en una dinámica que le convierte en un equipo rocoso, difícil de batir, aunque en ese ritmo de las últimas semanas los azules necesitan un empujón que les acerque a los puestos de cabeza. Peor situación vive el Getafe, penúltimo, muy lejos de la zona que debería ocupar a priori. Hierro ve las circunstancias de los madrileños desde la óptica del que analiza una competición muy igualada. "Hay doce o catorce equipos, un abanico muy amplio, que aspiran a estar arriba. Ganar cuesta un mundo. Nosotros le tenemos un respeto enorme al Getafe, que viene de Primera después de muchos años allí y tiene un entrenador fantástico, que además es mi amigo, y un presidente que tiene las cosas claras", observa.

Las ideas parecen claras en el discurso del entrenador, aunque admite tener aún algunas dudas sobre la lista y el once. Mañana en Getafe sabe que al equipo le toca mostrar su mejor cara. Es la fórmula más efectiva para combatir la ansiedad.