El Oviedo ya había gozado de un día dedicado en la programación de San Mateo, pero aún quedaba la traca final, la celebración de la gala Memoria Azul. En su novena edición, los diferentes estamentos del oviedismo se dieron cita en el teatro Filarmónica para hacer balance de la pasada campaña en los diferentes equipos y expresar los mejores deseos para la presente temporada. Una vez más, los más pequeños fueron los grandes protagonistas de la cita.

Por el escenario del teatro fueron desfilando los componentes de los diferentes equipos de las categorías inferiores premiados. Por cada conjunto fueron galardonados dos chavales por su regularidad y compañerismo mostrado a lo largo del pasado curso.

El colofón al acto presentado por Laura González-Manjoya y Luciano García lo pusieron los galardones a la primera plantilla. Toché se llevó el trofeo "Peter Dubovsky" al mejor futbolista de la pasada temporada. El murciano agradeció un premio que compartió con mi mujer y mi hija, que comparten conmigo los días malos". El delantero deseó "la mejor de las suertes a los niños y que mantengan la ilusión". Susaeta fue distinguido con el premio "Pedro Alberto". "Como futbolista tengo virtudes y defectos pero lo más importante es la faceta humana", explicó el eibarrés; "Cuando me vaya de Oviedo valoraré aún más el trato recibido fuera del campo. Siempre estaré en deuda con el oviedismo". El galardón "Armando Barbón" a la más firme promesa fue para Viti, que se lo dedicó a sus padres. "Siempre se quejan porque no les dedico nada así que va para ellos", comentó con una sonrisa.

El acto fue cerrado por el presidente, Jorge Menéndez Vallina, que también lanzó un guiño a los más jóvenes. "La cantera es y será una de las piezas claves de este proyecto pero las cosas no se consiguen en dos días. Necesita tiempo. Ojalá estos niños nunca pierdan la ilusión por jugar en el Tartiere", expresó.