Suele ocurrir después de una victoria: el debate se centra en lo deportivo. Con las derrotas, el foco se divide en varias direcciones que van desde lo futbolístico a lo anímico. En Oviedo también suele ser tema común el ambiental. El tantas veces mencionado "entorno". Pero esta semana toca centrarse en la pelota. Los azules firmaron en Cádiz su mejor actuación de la temporada y lo hicieron con un novedoso sistema de juego que busca la acumulación de centrocampistas. Por eso, el debate en torno al Oviedo de esta semana se centra en si Hierro es partidario de mantener el dibujo o planea regresar al sistema habitual, al 4-2-3-1 que en algunas ocasiones ha atascado el juego del equipo. En su primera aproximación al asunto, el entrenador despeja balones. "Ya sabéis que no soy de sistemas cerrados, que lo que busco es mejorar el rendimiento de mis futbolistas". La frase sirve como introducción, como declaración de intenciones antes de explicar su postura. El resto de la exposición del entrenador parece darle ventaja al 4-1-4-1 de Cádiz.

Porque Hierro ve en este dibujo muchos beneficios para su equipo. "El sistema con tres pivotes nos hace más versátiles. Da la impresión de que al jugar con un solo delantero te puedes quedar sin poder ofensivo pero puede suceder todo lo contrario. Juegas con dos extremos abiertos y futbolistas con llegada, como Rocha y Erice", inicia Hierro su argumentación. "Tenemos que ser versátiles. Y buscar más opciones de pase, que la gente de ataque tenga profundidad, que otros futbolistas vengan a recibir?", enumera como virtudes. El entrenador cierra su explicación: "A mí me gusta analizar al contrario y ver dónde se le puede hacer daño. Por eso habrá días que juguemos con dos delanteros, otros cambiaremos de dibujo, en otro usaremos doble pivote? Son retoques de cara a un partido concreto porque lo que no cambiamos son las características del equipo".

A las frases le apoyan los hechos. En el entrenamiento del jueves, lo más parecido a un ensayo general, el técnico insistió en los movimientos defensivos de la línea de atrás y el pivote fijo de ese sistema. Los nombres aún están por decidir, o al menos eso argumenta Hierro, pero sí pueden intuirse algunas cosas. El entrenador parece dispuesto a repetir la línea defensiva que acabó en Cádiz, aunque las molestias de Verdés podrían darle la alternativa a David Fernández. Más opciones emergen en el centro del campo. Torró parece fijo como "ancla" y Rocha, Bedia y Erice se presentan como interiores. Pero el técnico tiene otro candidato: Michu. "Puede jugar en muchas posiciones, pero lo más importante es que salga a relucir su personalidad: su llegada, su trabajo, su capacidad goleadora? En el fútbol es muy importante la llegada desde segunda línea. Muchos goles son por jugadas de gente que aparece por sorpresa y los centrales no tienen esa referencia", analiza.

Las ideas respecto a su equipo parecen fijas, a la espera de la última sesión para matizar algunos detalles, pero hay otro elemento a tener en cuenta: el rival. Es el Numancia uno de los clásicos de Segundo. Uno de esos equipos que, como ha explicado Linares esta semana, le falta dar un paso a los primeros puestos pero no suele pasar problemas para mantener la categoría. Hierro no se fía de los sorianos. "Es un equipo muy ordenado, con jugadores con experiencia, futbolistas importantes como Julio Álvarez y gente en el medio con personalidad", señala. "Se conocen, llevan tiempo juntos, son ordenados y tienen las cosas claras", incide.

En la dura pelea por la victoria, Hierro espera contar con un elemento extra: "Queremos que haya la atmósfera perfecta desde el primer minuto con la gente, para que el equipo se suelte y demuestre su personalidad. Que todos tengamos claro que vamos a por el partido. Es el objetivo prioritario: empezar bien, con una presión alta para recuperar rápido el balón y así poder enganchar a la gente".