El Real Oviedo ya es el equipo de la categoría que más veces ha dejado su puerta a cero. En seis de los diez partidos disputados no ha tenido que recoger el balón del interior de su portería y lo mismo ha ocurrido en tres de los últimos cuatro encuentros en los que Fernando Hierro optó por modificar el sistema de juego de los azules.

Con el ya habitual 1-4-1-4-1 se presentó el Real Oviedo en Montilivi con el único cambio (y obligado por lesión) de Óscar Gil por Verdés en el centro de la defensa. El joven central cumplió a la perfección su labor una vez superados los nervios iniciales.

Se esperaba una batalla táctica entre dos de los equipos que utilizan patrones de juego menos habituales en la categoría pero ambos técnicos parecieron dedicar más esfuerzos a neutralizar las virtudes del adversario que a potenciar las suyas.

Con estos condicionantes se pudo ver en Girona un encuentro bastante soso. Dos equipos tímidos en ataque que buscaban ante todo no perder y que, por tanto, no depararon un encuentro muy vistoso para los 4.713 espectadores que se acercaron hasta el estadio.

Como era de esperar la iniciativa en el juego y el mayor número de acercamientos al área era de los locales. Sin embargo ninguno de los dos equipos sufría en exceso y todo parecía quedar pendiente del acierto de los delanteros en alguna de las escasas opciones de ataque que se produjeran.

La tuvo Toché en una volea en el área pequeña que se le fue por encima del larguero y el Girona con un disparo que salvó Juan Carlos con una mano milagrosa y un remate de cabeza que salió rozando el palo.

Ya en la segunda mitad, el Real Oviedo solo se acercó con peligro por medio de Linares tras un gran control en el área pero que posteriormente no pudo dirigir su disparo a la meta rival.

El equipo local apenas inquietaba. Los contragolpes y las jugadas de balón parado fueron sus mejores opciones pero siempre fueron bien defendidas por los asturianos que apenas sufrieron en los últimos minutos del encuentro cuando se esperaba el arreón final de los locales.

Partido muy disputado en el que el trabajo defensivo de los de Hierro tuvo su recompensa. Siempre muy concentrados y con continuas ayudas cuando un jugador quedaba descolgado en la presión de todos los jugadores ya fueran defensores o delanteros.

Tanto trabajo defensivo mermó las opciones en ataque. Muy pocas ocasiones de un equipo que apenas aspiró a la victoria y que consiguió un merecido y luchado empate pero que debe mejorar mucho en su faceta ofensiva.

Ocho de los doce últimos puntos son la cosecha del Real Oviedo que ya se acerca a la zona noble de la clasificación. Un equipo basado en la seguridad defensiva, muy complicado de derrotar y que a poco que mejore su estructura de ataque y su paciencia en la elaboración de jugadas obtendrá réditos muy provechosos en los partidos que le restan.

Por lo pronto ya acumula cuatro partidos sin perder y la oportunidad de continuar con esta racha el próximo domingo a las 20:00h cuando se enfrentará al CD Tenerife en el Carlos Tartiere.