En su perfil de WhatsApp, Aitorr Sanz (Madrid, 1984) tiene escrita una frase que desnuda su filosofía de vida: "Disfruta del camino". Hoy el camino le lleva a Oviedo, al Carlos Tartiere, un lugar especial para un tipo que dejó huella entre el oviedismo. Este centrocampista de trato afable se embarró tres años con el Oviedo en Segunda B y era uno de los capitanes azules en aquella histórica ampliación de capital de noviembre de 2012, cuando entre la afición y Carso evitaron que el club se desparramase por el precipicio. Aitor fue de los que remó en el momento crítico hasta que, meses después, en verano de 2013, le llamó el Tenerife para ofrecerle una categoría superior. Allí disfruta del camino desde entonces, convertido ya en uno de los capitanes y a la espera de debutar como padre con la llegada del pequeño Aritz, que si todo va bien nacerá en enero.

-Volvió al Tartiere la temporada pasada, en febrero. ¿Ya no será tan especial esta vez?

-Siempre es especial. El Tartiere siempre es especial vuelva las veces que vuelva. Tengo mucho cariño por el club y la ciudad.

-¿Qué sentirá hoy?

-Un poco de todo. Alegría, nostalgia... Una mezcla. Se me vienen muchos recuerdos.

-¿Por ejemplo?

-El partido ante el Madrid C (noviembre de 2012). No se me olvidará. Fue el día de la salvación como club, el día que entró Carso. Fue impresionante. Recuerdo el play-off contra el Albacete, contra el Eibar, el partido de Copa en Bilbao. Muchos. Pero me quedo con el Madrid C. Fue histórico. Esos días, no sabíamos si el club podía seguir compitiendo.

-Al final entró Carso y ahí está el Oviedo, muy vivo.

-La entrada de Carso fue una bendición. Una estabilidad económica muy grande. La unión de Carso y la gran masa social del Oviedo es la mezcla perfecta para que las cosas salgan bien y tirar hacia arriba. Es una situación envidiable. Hay muchos clubes que les gustaría estar en la posición del Oviedo.

-¿Vio el partido del ascenso en Cádiz?

-Me pilló de viaje, pero luego lo vi. Y hablé con Diego ( Cervero), con David (Fernández) -el único que queda en el equipo de su época-, con Silvino (el utillero). Fue una alegría tremenda, como si hubiera ascendido yo. Ese día recordé a mucha gente.

-¿A quién?

-A Xavi Moré, a Manu Busto... A muchos que han pasado por el club y no pudieron estar. Un poco de ese éxito les corresponde. El ascenso fue fruto del empuje y del esfuerzo de mucha gente durante muchos años.

-De usted la afición guarda buen recuerdo. El grupo Symmachiarri le homenajeó en febrero. ¿Es tan exigente el Tartiere como parece?

-Es un campo muy exigente. Cuando el campo barre para el equipo se hace notar mucho. Pero cuando es al revés también. Hace falta tener mucha personalidad, creer mucho en tus posibilidades y no frustarse cuando las cosas no salen bien en el Tartiere. Esos días, hay que ser fuerte de cabeza porque no es fácil jugar cuando el Tartiere no está a tu lado. Yo lo he vivido. A los jugadores se les encogen las piernas.

-¿Cómo se gana a una afición así?

-Poniéndose en su piel. Yo soy aficionado al fútbol y qué me gusta ver: que los futbolistas son honrados en cuanto al trabajo y la exigencia. El Tartiere quiere gente honrada. Que lo dé todo. Que priorice el interés del equipo al bien personal. Eso es fundamental: ser honrado. Si uno es honrado la gente lo ve. Igual no en dos o tres jornadas, pero sí en una temporada. Más allá del acierto, la gente valora la entrega.

-¿Qué partido espera hoy?

-Un partido seguramente muy táctico. Los dos equipos vamos a buscar la portería rival. El Oviedo tiene una gran pegada. Nosotros vamos a intentar ser sólidos defensivamente sin renunciar al ataque. Nuestra marca como equipo es buscar la portería rival. Tenemos jugadores para hacerlo. Queremos ganar.

-El Oviedo lleva un mes sin perder, defensivamente le están saliendo las cosas y el ambiente es ahora más optimista.

-Es pronto para hacer valoraciones. Todos los equipos estamos más o menos parejos.

-¿Qué destaca del Oviedo?

-La pegada de Toché. Ha encontrado el equilibrio sin renunciar a la parte ofensiva, que es lo más importante del equipo. Pero aún es pronto para sacar conclusiones. Más allá de sistemas, lo importante es la idea de juego. El Oviedo quiere tener la pelota para servir a los de arriba, que tienen una pegada impresionante.

-¿Cómo es el Tenerife?

-Somos un equipo ofensivo. Que intenta tener el balón, intenta ser protagonista y llegar a la portería rival. Nuestra idea es estar el mayor tiempo posible en el campo contrario. Luego, es cierto, que te colocan los partidos, pero nuestra idea es ofensiva.

-¿Le ha sorprendido especialmente algún equipo de la categoría?

-El Sevilla Atlético. A pesar de su juventud tiene claro a lo que juega. Presiona, ahoga la salida del balón. Tiene jugadores con mucha calidad. Por ejemplo Borja Laso o Ivi, son gente a tener muy en cuenta en el futuro.