A Juan Carlos, los números no le dicen gran cosa. Quizás solo es un mecanismo de defensa. La temporada pasada, cuando defendía la portería del Albacete, las cosas no le salieron como deseaba. Tras empatar en Girona con una actuación destacada, el meta hacía referencia a aquel capítulo de su carrera. "El año pasado fui de los porteros más goleados de la Liga. 61 goles me dijeron el otro día que había recibido? Y no le hacía mucho caso", expuso el meta, al que le fallan sus informantes: 61 goles recibió el equipo manchego; a él, le hicieron 48 en 34 partidos. En todo caso, Juan Carlos no se ha cansado de repetir la misma idea como un mantra desde que llegó al Oviedo: "Yo creo en el trabajo diario". Las cifras, buenas o malas, no le alteran.

El Albacete acabó la Liga penúltimo, consumando un descenso a Segunda B. En ese escenario de decepción, Juan Carlos se encontró libre y esperó los movimientos del mercado. El Mallorca le tentó pero su deseo era recalar en el Oviedo, el proyecto que más le seducía. "Albacete y Oviedo son dos proyectos diferentes, con otro tipo de objetivos. Es todo distinto", analiza. "Yo he probado de todo en el fútbol y me quedo con el trabajo diario. Y hacerlo todo con tranquilidad", ahonda.

Y es ese trabajo diario el que le ha abierto las puertas de la titularidad. La empresa no era sencilla. Oviedo no es una plaza fácil. La exigencia es evidente, y además debía pelearse por un puesto con Esteban, emblema además de contrastado portero.

Los datos son irrebatibles: el Oviedo solo ha recibido seis tantos. Juan Carlos es el portero menos batido de la categoría, igualado con Édgar, el arquero del sorprendente Reus. Los dos tienen un llamativo coeficiente de 0,55 goles recibidos por partido, El primero en seguir su estela es Dani Hernández, portero venezolano del Tenerife, con un coeficiente de 0,89. El oviedista atraviesa su mejor momento: no ha encajado gol en los últimos 298 minutos.

"Esos datos sirven para destacar el trabajo del equipo: lo que corre y trabaja. Nada es casualidad. El equipo rinde, está arriba y la gente está con nosotros", analiza el portero que trata de huir de los reconocimientos individuales: "¿De eso se trata, no? De que el delantero las marque y el portero las pare".