Dice Fernando Hierro, entrenador del Oviedo, que no le preocupa la posición del equipo en la tabla y que él se centra más en las sensaciones, en escrutar qué se puede mejorar y cómo, consciente como es de que las temporadas se resuelven en mayo, no en octubre, y que el exceso de optimismo conduce primero a la relajación y después al fracaso. Pero, al final, de la clasificación depende buena parte del estado de ánimo de un club, que en el Oviedo, por encima de todo, es el estado de ánimo de su afición, siempre pasional para lo bueno y para lo malo. Si hace un mes se hablaba de ansiedad y asomaban las turbulencias, hoy alrededor del club se habla de play-off, de la seguridad defensiva, de la fortaleza del vestuario y de la excelente forma de jugadores como Linares. Es la diferencia que hay entre el puesto 18 de la clasificación de entonces y el sexto actual. Entre estar a un palmo del descenso y estar en play-off. Nada mejor para cambiar el discurso y revertir la situación que un puñado de buenos resultados.

Porque el Oviedo, en exactamente 28 días, ha logrado eliminar las interferencias con una racha de Primera: cinco partidos invicto y once puntos sumados que le convierten, tras el Levante (13 puntos), en el segundo mejor equipo de la categoría en el último mes. Si la Liga hubiera empezado en la jornada 7, el pasado 25 de septiembre, pleno San Mateo, hoy el equipo de Hierro estaría en segunda posición, en ascenso directo a Primera División.

La tendencia positiva explica la estabilidad. Los números, más allá del juego, dibujan una identidad perceptible y dan la razón al plan de Hierro, que desde que cambió el sistema no ha perdido un partido: tres victorias (ante el Cádiz en el Carranza y frente a Rayo y Tenerife en el Tartiere) y dos empates (ante el Numancia en casa y frente al Girona fuera). Ocho goles a favor y dos en contra (una diferencia de goles de más 6) completan una estadística que ha logrado aupar al equipo hacia la zona noble del torneo.

De la comparación con el Levante en este parcial, el Oviedo sólo pierde en el bagaje de puntos. Los levantinos han logrado este mes dos más que lo azules, porque suman un triunfo más (Elche, Valladolid, Mallorca y Mirandés) y un empate menos (Almería). En el resto hay máxima igualdad: el Levante tiene tres goles más a favor y tres goles más en contra. Los dos equipos, que están separados por diez puntos en la clasificación, se enfrentarán el fin de semana del 19 y el 20 de noviembre en el Tartiere. En esa clasificación parcial destaca el Sevilla Atlético, que estaría tercero al lograr en el último mes once puntos, como el Oviedo. Huesca, Rayo y Reus (con ocho puntos) le seguirían. Los cuatro peores equipos en este periodo han sido Gimnastic y Zaragoza (con dos puntos de quince posibles) y Cádiz y UCAM, con tres. El grupo murciano es el próximo rival de los azules ( domingo a las 18.00 horas en La Condomina).

"No me preocupa la posición, entrar en play-off. Me fijo más en las sensaciones. Ojalá tengamos esta posición en la jornada 42", rebajaba Hierro tras el partido del domingo. El malagueño sabe que de nada sirve acumular jornadas en el play-off sino que lo que cuenta es estar en la última fecha. Y tiene un buen ejemplo en la temporada pasada: el Oviedo estuvo casi el 60% del tiempo en el play-off, 25 jornadas de 42 (23 de ellas consecutivas, de diciembre a mayo), y al final acabó saliendo en la 38, a falta de cuatro jornadas para el final.

Este año, los azules han asaltado la zona noble tras once jornadas disputadas y después de encadenar, por primera vez este curso, dos victorias consecutivas en el Carlos Tartiere (Rayo y Tenerife). La fortaleza como local es uno de los elementos más fiables que hay para escrutar las posibilidades reales de ascenso de un equipo. El Levante, por ejemplo, ha sacado adelante los cinco partidos que ha disputado en su feudo y, desde este punto de vista, sorprende el meritorio Reus, que deambula segundo en la tabla con sólo dos victorias en casa de seis.

Después de un inicio titubeante, con altibajos y regulares sensaciones, los azules se han repuesto con una racha de Primera que incluso les ha servido para igualar los números que tenía el Oviedo de Sergio Egea el año pasado a estas alturas, cuando ya había estado dos veces en puestos de play off y, tras once jornadas, transitaba octavo en la clasificación.