Como el fútbol también es un debate eterno, alrededor del Oviedo se ha generado en este periodo de buenos resultados uno a cuenta de la personalidad del equipo, de si es ofensivo o defensivo, de si quiere ser protagonista en los partidos o no, de si prefiere jugar corto o largo, crear o salir a la contra. El equipo azul, de momento, tiene más motivos para presumir de su labor defensiva que de la ofensiva y eso, en un mundo tan proclive a las etiquetas como el fútbol, acaba por encasillarte.

Fernando Hierro, técnico azul, huye de todas esas etiquetas, una precaución normal en un entrenador que empieza. Al preparador malagueño, lo dijo en pretemporada, le gusta el fútbol vistoso, seguramente como a todos, pero antes se impone adaptarse y ajustar otros cometidos. "Estamos en una fase de crecimiento. El equipo se siente fuerte, poderoso en determinadas fases del partido. A partir de ahí saldrá a relucir lo nuestro. Algún día, este equipo se va a soltar", explicó ayer el andaluz en El Requexón.

Hierro respeta el debate sobre la posesión porque sabe de la exigencia del oviedismo, pero la sensación es que le aborrece, quizá también que le incomoda un poco, consciente de que los tiempos de puertas hacia afuera no son los mismos que los tiempos de puertas hacia adentro, de que todo requiere un proceso y de que, al final, se tenga más o menos la pelota, el éxito en este juego depende del resultado. "No me preocupa lo que pueda pensar la gente de nuestra forma de entender el juego, de la personalidad del equipo, de mi personalidad como entrenador. Soy de los que piensan que este equipo tiene que seguir creciendo y, a partir de ahí, sale la calidad innata de los jugadores", sostuvo.Y apoyó su afirmación con una sentencia incuestionable: "Cualquier entrenador del mundo se sentiría satisfecho de un equipo que recibe pocos goles".

El Oviedo ha conseguido mantener la regularidad en ese aspecto. Lleva sólo seis tantos en contra, tres en casa y tres fuera, el equipo menos goleado del fútbol profesional junto con el Atlético y uno de los menos batidos de Europa. Ocho partidos de doce sin recibir tantos. Los números dan la razón a esta parte de su plan, pero insiste en que sólo es una parte y repite lo de crecer, "crecer a partir de la portería a cero", seguir "en la misma línea". "Vemos lo que va creciendo el equipo, la autoconfianza, cada día se encuentra más fuerte en los suyo. El equipo está encontrando sus sensaciones. ¿El resto? Son modas. Ahora está la de la posesión. Nosotros defendemos la posesión como entendemos que la podemos defender, pero hay otras cosas que me preocupan más", indicó el malagueño.

Quizá de esta última frase emerja una de las claves que pueden describir al entrenador: la capacidad de adaptación a los equipos, que muchos interpretan como una virtud en un técnico. Más allá de una idea concreta, están los futbolistas que tengas para desarrollarla. Ya lo dijo hace días Joaquín del Olmo, asesor deportivo del club, preguntado por la labor de Hierro y el sistema utilizado a partir del giro en Cádiz: "A lo mejor no es su idea, pero se va ajustando a lo que tiene", señaló el mexicano.

Hierro se ajusta a lo que considera que le va mejor al equipo y, también, a la Segunda División, una categoría que califica de "especial" en este aspecto porque "muchos de los equipos que consiguen el primer gol automáticamente dan la posesión al otro".

"He visto equipos", continuó Hierro, "que con el 30 por ciento de la posesión han ganado, he visto otros equipos que con el 70 por ciento han metido ocho goles y he visto muchísimos equipos que siendo protagonistas y dominando el encuentro fallan las ocasiones y encajan la primera que tienen en contra. Y a partir de ahí sale otro partido", Y añade: "El fútbol lo analizamos al final de un resultado".

El debate sobre la posesión gana intensidad en la visita del Lugo, al que le gusta ser protagonista. La duda es si el Oviedo le disputará o no el balón en un césped complicado. El malagueño no lo dejó ayer claro y se limitó a decir que "tenemos que estar pendientes de sus virtudes, pero centrados en nuestro trabajo". Y advertía sobre la peligrosidad del conjunto de Sampedro: "Es un equipo anotador y valiente, con gente en el medio como Seoane y Pita con mucha experiencia. Llevan mucho tiempo trabajando de la misma forma, tiene personalidad y es un equipo reconocible".