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Cuatro años con Slim: del abismo a la ilusión

Se cumple hoy el cuarto aniversario de la entrada de Carso en el Oviedo, un periodo de crecimiento deportivo y bonanza económica

Carlos Slim, con el abono 15.000º de la temporada 2014/15. REAL OVIEDO

El movimiento tenía un guión cinematográfico. Una historia de Hollywood. Un equipo al borde la bancarrota, un grito desesperado de ayuda, una reacción popular que salva al moribundo. Y la guinda: uno de los hombres más ricos del mundo que quiere ayudar con el final más feliz posible. El 17 de noviembre de 2012 el Oviedo anunciaba en un escueto comunicado que Carlos Slim se convertía en el máximo accionista del club azul. Antes de esa confirmación habían estado los contactos iniciales: una broma radiofónica, un primer acercamiento, el interés real y la transferencia de 2 millones dos días antes de que acabara el plazo. Hoy se cumplen 4 años del desembarco de Slim en el Oviedo y una mirada con perspectiva muestra a un club que ha crecido en lo deportivo, ha mejorado en lo económico y sigue teniendo en lo social su principal bastión y seña de identidad.

Carso llega al Oviedo como colofón a un proceso inolvidable, pero en sus planes no estaba meterse en la gestión diaria. Aquella inversión, se defendía desde México, era una acción puntual, un empujón necesario para la supervivencia pero en los inicios, la confianza en el consejo de administración encabezado por Toni Fidalgo parecía total. Pero pronto surgieron las desavenencias entre ambos lados del Atlántico. La primera temporada con Carso como máximo accionista (con el 34,28% de la propiedad) termina con el equipo eliminado en el play-off de Éibar.

La sintonía entre el consejo de Fidalgo (sucedido después por Sabino López) y Carso se va evaporando y desde México se da un paso al frente. La primera decisión de calado desde su entrada llega el 29 de diciembre de 2013. López presenta su dimisión en la Junta al votar el máximo accionista en contra de la gestión del consejo y Jorge Menéndez Vallina, que desde el principio forja amistad con Arturo Elías, se convierte en presidente. Le acompañan en el órgano Manuel Paredes y Fernando Corral, en la búsqueda de un perfil diferente al visto hasta entonces.

Pero aún más importante es el siguiente movimiento: la llegada de Joaquín del Olmo en enero de 2014. Aterriza para convertirse en el hombre clave del entramado de Carso, el enlace entre club y México. Bajo el título de "asesor" engloba funciones por encima del mismo presidente. Es la prueba de que Slim va en serio con el Oviedo. Las primeras decisiones deportivas de Del Olmo son la destitución de Granero, la apuesta por Robles como entrenador y la contratación después de Sergio Egea para asaltar de forma definitiva el ascenso a Segunda. La configuración de una plantilla competitiva (Esteban, Linares, Vila, Font, Generelo?) aumenta la apuesta.

En el tercer año de Carso la evolución económica es espectacular. En diciembre de 2014 se consigue una victoria más importante que cualquiera registrada en los terrenos de juego: se renegocia el convenio con Hacienda y el Oviedo puede respirar. Para logarlo, Carso paga 3,5 millones. En abril de 2015 Slim lanza una ampliación de capital por la que convierte 4,1 millones de crédito en participaciones: su dominio pasa al 56,46% del accionariado.

Y la mayor alegría deportiva en mucho tiempo no tarda en llegar. Es en el Carranza, desde entonces historia del oviedismo, con Arturto Elías en la grada y Carlos Slim asistiendo al partido de ida, empapándose de oviedismo. David Fernández cabecea a la red y se rompe el maleficio: el Oviedo, de la mano de Carso, regresa al fútbol profesional.

Pero las deudas públicas, y la apuesta por una plantilla fuerte en Segunda, condicionan el día a día. Carso anuncia otra ampliación y canjea dos deudas de 5,5 millones de euros en más acciones. Tras 11,6 millones de euros invertidos, Slim controla el 70,76% de la entidad.

En Segunda, el proyecto se lanza. La última aportación de Carso le permite a Del Olmo construir un equipo con aspiraciones que se pasea por los puestos de ascenso. La ilusión es tal, que el club alcanza su récord histórico de socios: 20.343. Arturo Elías Slim escenifica el hito con el abono 20.000. Todo explota con la salida de Sergio Egea. Generelo asume las riendas en un ambiente enrarecido y la campaña termina en decepción. En junio, Carso apuesta por Fernando Hierro como técnico.

El inicio de campaña le mantiene en los puestos de honor y, una vez más, las buenas noticias llegan desde la esfera económica. Carso convoca una junta de accionistas donde se aprobará otra ampliación de capital, la tercera propuesta por los mexicanos. Esta vez también servirá para que Slim aumente su apuesta y el Oviedo goce de mayor estabilidad económico. Cuatro años después de la llegada de Carso, el peligro ha desaparecido. El enfermo ha abandonado la UCI y camina con salud de Hierro hacia un futuro esperanzador.

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