En esta ocasión, la reflexión ha sido unánime. El juicio del oviedismo fue el mismo en todos los estamentos: el equipo desapareció de Santo Domingo y el Alcorcón no encontró resistencia. Apenas hay razones futbolísticas que expliquen el encuentro más decepcionante de la temporada. Si se suma la experiencia a lo sucedido en Huesca, la lectura es aún más dura. "Solo podemos pedir disculpas a la afición, explica Michu con el gesto tan desencajado como cualquier aficionado que hubiera seguido el partido en santo Domingo.

Fernando Hierro lanzó sus críticas más duras desde que es entrenador del equipo al entender que su equipo había jugado "sin alma y sin orgullo". Un mensaje con destinatario claro: el vestuario, el único capacitado para responder y encontrar la reacción. Y los futbolistas siguen un tono similar al del entrenador, en un ejercicio de asunción de culpas y promesa de mejora. Tras el encuentro de Huesca, el asunto funcionó. Ahora se pretende repetir el guión.

"No hay mucha explicación a lo de Alcorcón, porque además se une a lo de Huesca ", comienza Michu su análisis; "Cuando recibes nueve goles en dos partidos seguidos fuera de casa no hay mucho que decir. Hay que corregir errores, analizar el video y olvidar lo que sucedió cuanto antes. Y, después, seguir para adelante. No nos podemos hundir porque el objetivo que tenemos marcado sigue intacto". Verdés, otro de los que vivieron la aciaga tarde sobre el césped, coincide con su compañero: "No le encuentro una explicación lógica, tenemos que analizarlo con tranquilidad. Nos fastidia especialmente por los seguidores que viajaron a Madrid. Solo podemos disculparnos ante ellos".

En la búsqueda de razones al descalabro, los argumentos se encuentran a cuentagotas. Hierro habló de falta de "alma" y Verdés enarbola un discurso similar. "Nos faltó intensidad, sacar el orgullo cuando el otro equipo te come. Estuvimos incómodos en todo momento", comenta el central. "No creo que sea cuestión de salir con mala actitud al campo sino que al ver que las cosas no salen como uno quiere no somos capaces de cambiarle la cara al partido. Nos falta superar los momentos complicados. No llegó la reacción cuando hacía falta", añade Verdés. Michu lanza una advertencia de cara al futuro: "Hay que corregir los errores porque ya nos ha pasado dos veces seguidas. Tenemos que ganar al Nàstic para olvidarlo, pero aprender porque después viajamos a Zaragoza y no podemos volver a pasar por esto".

Tras la derrota de Huesca, el objetivo era indiscutible. Se trataba de mostrar la mejor cara del equipo en solo siete días, en el partido de la jornada ante el líder. Ahora, la meta es doble. Se necesita la reacción ante el Nàstic, ese es el primer paso en el plan, pero la cosa no se puede quedar ahí. La Romareda asoma en el horizonte como examen exigente para los azules en un par de semanas.

La plantilla descansó ayer y tampoco se ejercitará hoy. El grupo regresa mañana a los entrenamientos en El Requexón y se espera que Christian Fernández, ausente el sábado, esté en el trabajo colectivo.