Con la cabeza gacha y la voz en un susurro, Michu trataba de explicar minutos después de la dolorosa derrota de Alcorcón las causas de la misma. "Tenemos que analizar lo que sucedió porque aunque respondamos en casa, después vamos a Zaragoza y?", explicó con gesto solemne. En Michu se junta el futbolista y el aficionado. Con esa sentencia, el atacante se saltaba una de las normas sagradas en el fútbol moderno: nunca se habla de lo que sucederá más allá de la siguiente jornada. El "partido a partido" patentado por Simeone se ampliaba a un arco mayor en las reflexiones de Michu: a un par de semanas. Así son los competidores, siempre buscan un reto mayor. Consumada la primera parte del plan de rehabilitación azul (ganar al Nàstic), el ovetense no olvida su advertencia. "El de Zaragoza es el partido más importante de la temporada", proclama con rotundidad.

Es como si la victoria ante el Nàstic fuera un punto seguido, una historia que merece continuación. Pocas veces se había disfrutado tan poco un triunfo. Minutos después de acabar el choque del Tartiere, futbolistas de peso como Toché y Erice colaban la visita al Zaragoza en sus discursos. Para el vestuario, la de La Romareda es una ocasión de oro para reivindicarse. Una oportunidad única que ofrece el calendario.

"Hay que cambiar fuera de casa, dar otra imagen. Y no voy al resultado, porque esto es un juego y puede pasar cualquier cosa, pero lo que no puede repetirse es la imagen de Huesca y Alcorcón", advierte Michu. "Hace no tanto éramos sólidos y rascábamos puntos fuera. Pero la imagen de las dos últimas salidas dista mucho de la ofrecida en el Tartiere. El Zaragoza viene de perder 3-0 y para nosotros es una gran oportunidad: para lavar nuestra imagen y para seguir puntuando", incide el asturiano.

Michu llega a esa conclusión con la tranquilidad de haber regresado a la senda de la victoria, una condición que se veía como obligatoria desde el vestuario. La decepción de Santo Domingo queda ahora un poco más lejos y, además, los azules siguen asentándose en la zona noble de la tabla: son quintos. Michu creo que el siguiente paso en la mejora pasa por la regularidad, por reducir distancias entre las diferentes imágenes que ofrece el equipo dependiendo del escenario. "Para que los rivales nos quiten puntos en casa tienen que sudar sangre. En el Tartiere nos sentimos cómodos y arropados: la gente nos apoya. Yo jugaría los 42 partidos en Oviedo pero como no se puede, nos toca sufrir cada 15 días", analiza. "La Romareda es un 'campazo', y una oportunidad muy bonita. Los tres puntos nos daría un empujón moral importante para cerrar el año con alegría", añade.

Ante el Nàstic, Michu cuajó uno de sus partidos más serios de la temporada. Fue una notable actuación en la sombra, ayudando especialmente en la labor defensiva y echando un cable para dar un respiro al equipo cuando fue necesario. En el último tramo, incluso ejerció de 9 puro, una posición que no le resulta para nada desconocida: "Cambiamos un poco el sistema, estaba más cerca del área y de Toché. Me encontré bien. Cuando ganas siempre sabe mejor: estuve cómodo y aguanté los 90 minutos. Pero lo que me deja feliz es ganar, no mi actuación individual. Ganamos con justicia".