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Gracan conserva la elegancia

"El Madrid y el Barcelona lo pasaban mal cuando venían al Tartiere", rememora el mediocentro, ahora seleccionador sub-21 de Croacia

"Buenos momentos es todo el tiempo que viví en Oviedo", asegura Gracan, quien cuando se le pide un poco más de concreción rememora "los partidos contra el Madrid, que se me daban bien; los derbis contra el Sporting,...". Más fácil es determinar el peor momento: el final. "En mi última época en el Oviedo tuve una lesión y no pude seguir. Son cosas que pasan en el fútbol", explica. Después del Oviedo regresó a su país, al club en el que había comenzado a jugar al fútbol (el Rijeka).

Gracan es ahora entrenador y para ejercer esta labor tiene en quien fijarse. La mayor parte del tiempo que estuvo en el Oviedo su técnico fue Jabo Irureta, para el que sólo tiene buenas palabras: "Buen entrenador y buena persona. Sólo puedo decir cosas positivas de él, hizo mucho por mí y por el club. Fue alguien que fue capaz de ganar una Liga con un equipo que no era ni el Madrid ni el Barcelona (Deportivo de La Coruña). Es un entrenador que sabe lo que hace".

Entre las virtudes que destaca de Irureta, Gracan resalta que era una persona que "te daba tranquilidad. Era alguien que creía en el jugador", añade. En cuanto a la influencia que ha tenido en él, reconoce que "de cada entrenador coges unas cosas y pienso que de él cogí muchas". De su etapa en el Oviedo sólo conserva una relación fluida con sus compatriotas Jerkan y Jankovic. Tres croatas que cuando se juntan sólo hablan del Oviedo.

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