El mal estado del césped del Carlos Tartiere ha vuelto a tensar las relaciones entre el Ayuntamiento y el Oviedo. Aparentemente, uno y otro guardan las formas, se reúnen y colaboran, pero de puertas hacia dentro, allí donde no llegan las cámaras ni los micrófonos, hay reproches en una y otra dirección. El terreno de juego, impracticable cuatro meses después de ser sustituido, ha inflamado la situación de un problema que no es nuevo.

Los últimos capones dados desde el Oviedo han molestado especialmente en el Ayuntamiento. El pasado martes, en la Junta de Accionistas, el presidente azul, Jorge Menéndez Vallina, pidió al gobierno local un cuidado más intensivo del césped. Y el sábado, tras el partido ante el Córdoba, los futbolistas calificaron de "auténtica vergüenza" el estado de la hierba y exigieron al Ayuntamiento, sin citarle, un mayor esfuerzo para solucionar el problema. Ayer, en el Consistorio decidieron contestar. Fue Ricardo Fernández, concejal del PSOE: "Nadie puede decir que el Ayuntamiento no ha hecho un esfuerzo en el césped Tartiere porque eso es indiscutible", señaló Fernández, que es concejal de Seguridad pero que está asumiendo las labores de Ana Rivas, edil de Infraestructuras y Parques y Jardines, actualmente de baja.

En una conversación con este periódico, Fernández recordó que el Ayuntamiento cambió el césped del Tartiere en verano porque el club se lo pidió y porque "era una necesidad" tras estar más 15 años, desde su construcción, sin cambiarse. "No hemos hecho oídos sordos a lo que se nos ha pedido. El esfuerzo está ahí, otra cosa es que el fruto lleve más tiempo", dijo, y remarcó que "el compromiso con el Oviedo es indudable" porque "estamos invirtiendo dinero en el Tartiere". Aquí, el edil cifró en "unos 500.000 euros" la "inversión ejecutada" este año en el Tartiere "al margen de los gastos de mantenimiento cotidiano". "Entiendo la preocupación, pero el césped llevaba 15 años sin cambiarse y no hay una solución inmediata", afirmó el concejal, que indicó que en "un plazo corto" empezarán con el plan de tratamiento previsto para el parón, adelantado hace semanas por este diario, que consiste en aplicar productos antideslizantes, inyectar arena y aire comprimido.

"Confiamos que a lo largo de un mes el césped se asiente", aseveró Fernández que, cuestionado por qué la presencia de un solo trabajador en los cuidados, regateó asegurando que "acabamos de incorporar a la nueva empresa encargada de mantenimiento y que el proceso "lleva su tiempo".

En el Oviedo, por su parte, hay un enorme malestar. El césped está mal, se levanta, los jugadores se resbalan y a veces, como el sábado, se lesionan. Toché y Óscar Gil tuvieron que ser sustituidos con sobrecargas. Hasta la fecha el club, como institución, se ha mantenido prudente (más allá de las quejas de los futbolistas, casi siempre después de victorias) a pesar de que apenas ha podido entrenarse en el estadio.

El césped se cambió en agosto, dos meses después del final de la Liga pasada, tras una demora por problemas administrativos. En las obras no se cambió el sistema de drenaje, el origen de los problemas según los expertos. El campo, que apenas tuvo cuidados desde que fue inaugurado en el año 2000, está construido en una zona húmeda y con poca entrada de sol, situación que complica la situación. El asesor del club, Joaquín del Olmo, pidió hace semanas una "solución drástica" estas navidades, extremo que el Ayuntamiento descarta, al menos para esta presente temporada.