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Berjón, potencia y sentimiento para el Oviedo

Entrenadores del delantero destacan su explosividad, su golpeo y su buen carácter

Berjón, potencia y sentimiento para el Oviedo

Como si el oviedismo tuviera imán, Saúl Berjón saltó ayer al campo de entrenamiento de El Requexón y se fue a formar pareja con Héctor Nespral para realizar los primeros ejercicios de una sesión con mucho público. Era su tercer entrenamiento de azul y, ausente su amigo Michu, el nuevo fichaje encontró complicidad en una cosa profunda que no se puede ni ver ni tocar: el sentimiento. Un canterano siempre se entiende con otro canterano porque conectan en el corazón.

La vida futbolística de Saúl Berjón (Oviedo, 1986) es la vida de tantas otras promesas carbayonas que, casi en pañales en el mundo del balón, tuvieron que emigrar para buscar fuera de Oviedo el fútbol profesional, víctima como fue de la etapa más negra de una entidad que se precipitó por el desagüe justo en el momento en el que a él le tocaba crecer. Pero como lo bueno de irte es que puedes volver volver, Saúl Berjón, como Michu, pudo volver,y aquí está para tratar de empujar al Oviedo hacia arriba y devolverlo a Primera División.

Dicen quienes le conocen, quienes han convivido con él, que en este futbolista de 30 años y mirada seria hay un tipo familiar, sencillo, profesional, bonachón y pelín introvertido que, cuando coge la pelota a pocos metros del área y con espacio por delante, acelera, explota y "arma la revolución". Los estruendos, para Berjón, sólo tienen cabida en el campo.

Paco Fernández fue su entrenador durante tres años (en el Oviedo juvenil y en el Berrón y el Lealtad en Tercera) y cuando le toca mirar atrás y ver a aquel Saúl que daba sus primeros pasos en el fútbol de los mayores suelta una equivalencia galáctica: "Cuando lo teníamos (2004) lo comparábamos con el Ronaldo del Madrid (Ronaldo Nazario, el brasileño). Tiene 8 ó 10 metros finales tremendos. Todos éramos conscientes de que era el jugador que nos podía resolver el partido en una jugada. Era tan potente que si aparecía lo teníamos ganado".

La comparación quizá parezca exagerada pero sirve para hacerse una idea perfecta de lo que fue Berjón en sus inicios, del Covadonga, al Oviedo y de ahí al Berrón o al Lealtad: un delantero potente, explosivo en la salida, fuerte, con buen disparo y con facilidad para hacer gol.

En sus inicios también estuvo Luis Rueda, técnico de Berjón en el Covadonga desde alevín a cadete, la persona que le sacó de Asturias para llevárselo al Pájara Playas canario en Segunda B (2007). "Siempre fue un segundo punta que, a veces, podía jugar de delantero, pero delantero nato no es. Con el tiempo fue evolucionando hacia la banda y ofrece muy buen rendimiento. Pero no es un Susaeta, un interior al uso. Tampoco un extremo que le guste pegarse a la cal. Es un jugador de metros finales, de movimientos explosivos, potentes, que necesita estar cerca del área", cuenta Rueda.

En eso, en que no es jugador de banda de los de antaño, de pasarse la vida pegado al costado, llegar y centrar, coincide Paco. "Puede jugar en cualquiera de los puestos de arriba. Si lo hace de extremo te va a ir hacia el área para resolverte el partido, no se esconde", Rueda explica que a Berjón "hay que entenderlo mucho" y que no hay que exigirle defensivamente nada más que lo justo. "No se le puede desgastar en exceso en la faceta defensiva porque él no es un portento en cuanto a resistencia. Si le exiges trabajo defensivo, que evidentemente te lo da, le estás quitando el verdadero potencial", afirma, y añade: "Él necesita estar fresco, tener chispa y gasolina para hacer lo que sabe hacer. Tácticamente, eso sí, es inteligente".

Más allá de su potencia y de su explosividad, que vienen a ser la carta de presentación de Saúl Berjón, destacan una cualidad que, quizá, sea más desconocida: su golpeo de balón. "Es espectacular. Su disparo va a sorprender", vaticina Rueda. Un plus que, sostiene Paco, le va a permitir "participar mucho en la estrategia".

"Técnicamente", abunda Paco, "es mucho mejor de lo que se puede apreciar y tiene gol. No es ese futbolista potente y torpe, al contrario. Supo asimilar bien la exigencia al ir creciendo", reconoce el Paco.

Berjón es un currante del fútbol que no se comió ni un paso. Pasó por todas las categorías, de Tercera a Primera, donde debutó en el Éibar y permaneció dos temporadas. Allí dejó un buen recuerdo. Ángel Zapico es el utilero del Éibar, langreano y con casi 50 años en el club. "Saúl es un tipo encantador que encajó perfectamente en la filosofía del Eibar: profesionalidad, unión, amiguismo. Gente normal y corriente", dice. Zapico recuerda las nocheviejas que pasaba junto a sus compañeros de equipo en el bar de la fundación. "Le tenía mucho cariño", abunda Zapico. "Es un tipo serio, profesional y se cuida mucho. Es de aquí, de la casa, y ese plus de responsabilidad le tendría que venir bien a él y al equipo", interviene Paco. "Es tímido, pero bonachón y cariñoso con sus amigos", remata Rueda que destaca que sigue "con los amigos de siempre".

Berjón, de familia futbolera (su primero es Adrián Colunga, actualmente en Chipre, y su abuelo fue futbolista) ya ha cumplido su sueño de regresar al club que le vio crecer. Ahora están listos para seguir creciendo juntos.

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