Segunda victoria consecutiva del Real Oviedo que parece dar por finiquitada la pequeña crisis de resultados del final de 2016. Los azules se siguen haciendo fuertes en casa y parecen fiar su ascenso en la clasificación a obtener algún resultado positivo fuera de casa.

La fortaleza de los de Hierro en el Carlos Tartiere les permite auparse hasta una quinta plaza provisional a la espera de que se complete la jornada.

Muy sufrida victoria en las que los ovetenses tuvieron que defenderse durante gran parte del partido y sobre todo a partir de adelantarse en el marcador. Tres puntos de casta con un equipo muy compacto y aupado en su esfuerzo épico durante los últimos minutos por una grada del Tartiere que entendió la necesidad de su apoyo para mantener el resultado.

Repitió once inicial el equipo de Hierro aunque no la convocatoria que se vio modificada por los problemas gástricos de Nando justo antes del partido y que tuvo que ser reemplazado por Jorge Ortiz.

Comenzó bien el Oviedo. El partido era de poder a poder pero los locales se desplegaban con cierta frecuencia hacia el área rival.

Pronto llegó el premio. Minuto 15. Balón desde el medio del campo de Susaeta buscando la cabeza de Linares. Este peina sobre la llegada de Toché al área que supera la salida del portero con un toque sutil.

El Real Valladolid no había venido hasta la capital asturiana a esconderse. Ya antes del gol no había desechado el cuerpo a cuerpo pero a partir del tanto local avanzó líneas y fueron suyas las mejores ocasiones hasta el final del encuentro.

Los balones al espacio sobre unos delanteros rozando siempre el fuera de juego, las incursiones y disparos de Juan Villar y Jordán provocaron muchos problemas en la zaga local y obligaron a Juan Carlos a lucirse en varias intervenciones.

Ya en la segunda mitad el partido continuó con la misma tónica aunque el Real Oviedo pareció ordenarse mejor ante el ataque rival.

Portero y defensa asturiana estuvieron muy acertadas durante toda la tarde y defendieron con mucho orden y seguridad la ventaja en el marcador.

Hierro movió el banquillo. Primero a Erice por lesión pero más tarde introdujo dos cambios defensivos. El equipo pucelano parecía haber perdido el peligro de la primera mitad en sus acercamientos pero el Oviedo cada vez defendía más atrás cuando el balón era monopolizado por los rivales.

Ahí emergió la afición local que entendió perfectamente lo que necesitaba el equipo en ese momento. Los ánimos no cejaron en cualquiera que fuera la situación de la pelota dando energías extra para afrontar el tremendo esfuerzo defensivo que desarrollaron los jugadores locales hasta el final.

Todo se desbordó con el pitido final. Victoria, tres puntos y golaveraje empatado con un Real Valladolid que jugó más y mejor, que quizás mereció mejor resultado pero que fue incapaz de superar el esfuerzo defensivo y orden de los ovetenses.

Próximo encuentro de los azules frente a la UD Almería, domingo a las 18:00h, donde intentará romper su mala racha de resultados fuera de casa.