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Fútbol | Qué fue de ellos

Cristóbal fue feliz en Oviedo

"Es un equipo que llevo en el corazón, fueron unos años maravillosos, me sentí muy querido", dice el que fuera lateral derecho azul en dos etapas

Desde que se fue del Oviedo, en la temporada 1994-95 ha llovido mucho, pero Cristóbal sigue respirando azul. Es un tipo serio, amable, educado, de los que no parece que se dejen llevar por las pasiones. La cosa cambia cuando habla del Oviedo. Las palabras que utiliza pesan, habla de "años felices", de un equipo que lleva "en el corazón", de "grandes amigos". De buenos años.

Cristóbal era un lateral derecho de calidad, ofensivo, un titular indiscutible en las dos etapas en las que vistió la camiseta del Oviedo. Siempre en Primera División. Llegó al conjunto azul mediada la temporada 1988-89, una campaña que había comenzado en el Barcelona sin disfrutar de minutos. Esa campaña coincidió con Vicente Miera, el primero de los muchos entrenadores que tendría en el Oviedo. Otro de los maestros de los que pudo aprender su actual profesión. Tras dos campañas en el Logroñés volvió al Barça. Y lo ganó casi todo: Liga, Copa de Europa y Supercopa. No jugaba demasiado pero formó parte de un equipo legendario al que entrenaba nada menos que Johan Cruyff.

Las tres siguientes campañas, en plena madurez deportiva (entre los 25 y los 27 años) jugó de nuevo en el Oviedo. Cogió la última etapa de Irureta, al que seguirían Julio Marigil y Antic en una campaña, la 1992-93, en la que el conjunto azul lograría salvar la categoría. El técnico serbio sería su entrenador las dos temporadas siguientes, en las que el Oviedo acabó la Liga en novena posición. "La verdad es que al Oviedo lo tengo en el corazón, fueron unos años maravillosos. La afición y la gente me acogieron siempre muy bien. Me sentí muy cómodo e hice muchos amigos. Fueron años muy bonitos", dice en conversación telefónica con este periódico.

Al que fuera lateral derecho azul no le viene a la cabeza un momento especialmente bueno ni especialmente malo. "No sabría decir", reconoce. Sí le viene a la memoria el partido que le ganaron al Madrid en el Bernabeu (0-1 el 26 de septiembre de 1993): "Ganar en el Bernabeu con el Oviedo fue algo especial, pero disfruté sobre todo de un equipo que era capaz de competir de tú a tú en los campos de todos los grandes".

Ahora que es entrenador intenta coger cosas de todos los que antes le dirigieron. Una nómina de técnicos espectacular. "Siempre digo que de todos se van aprendiendo cositas, mi labor ahora es intentar ayudar a los jugadores para que sean mejores. Te viene bien haber sido futbolista porque has vivido las situaciones que viven ellos ahora. Ser entrenador no es sólo eso, pero viene bien para entender mejor a los jugadores", explica.

La época en la que el Oviedo bajó a Tercera (2003) y todo el tiempo que estuvo tratando de salir del pozo, Cristóbal la vivió con cierto desasosiego: "Lo viví con mucho dolor porque creo que el Oviedo ha de estar en la élite del fútbol. Se tocó fondo pero me da la sensación de que poco a poco el club va reflotando. Tiene que volver a Primera", añade.

Él, hombre de fútbol, ha ido siguiendo al Oviedo desde la distancia. "Me interesa todo lo que pasa en el Oviedo y procuro estar al día", explica. Ahora está relativamente cerca, en La Coruña, intentando subir al Fabril, filial del Deportivo, de Tercera a Segunda División B.

La Coruña-Oviedo. Una distancia relativamente corta que le permite visitar a amigos y estar algo más cerca de la actualidad azul. También estar al tanto de los actos de la Asociación de Veteranos, de la que forma parte y de la que reconoce con orgullo tener el carné. "Me mandan información de lo que hacen y siempre me parece importante estar en una Asociación de este tipo", señala.

Tiene al Fabril en la segunda posición de la Tercera gallega, en la pelea por meterse en el play-off y, sobre todo, tratando de clasificar al equipo en una primera posición que le facilitaría la lucha por el ascenso. Es lo único en lo que piensa ahora. No se le pasa por la cabeza ocupar alguna vez el banquillo del Carlos Tartiere: "La verdad es que yo vivo el presente. En Oviedo fui muy feliz y nunca se sabe lo que puede ocurrir en el futuro".

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