Crecer desde atrás es el lema, indiscutible, que defiende Hierro y sus pupilos esta semana en El Requexón. El problema fuera de casa es evidente, más complicado es encontrar las causas. Más allá de razones emotivas (la llamada al "orgullo" de Hierro) apenas se había profundizado públicamente sobre las cuestiones futbolísticas. Ahora, vistas las reflexiones de los últimos días y los ensayos sobre el césped de El Requexón, el asunto parece centrado. El Oviedo necesita recuperar su fiereza defensiva si quiere volver a sonreír fuera de casa. A ese trabajo de la zaga se encamina el trabajo de Hierro, que incluso podría variar su esquema para reforzar la retaguardia.

Los datos ayudan a comprender la preocupación de Hierro. El Oviedo ha tenido una trayectoria algo extraña fuera de casa. Para contextualizar la situación hay que señalar al encuentro de Huesca, la primera debacle fuera, como clave. Hasta entonces, los azules se habían mostrado como un conjunto sólido, también a domicilio. En sus seis primeras visitas de la temporada, los de Hierro solo habían recibido tres tantos: 1-0 en Valladolid, 0-0 en Mallorca, 2-1 en Getafe, 0-2 en Cádiz, 0-0 en Girona y 0-1 en Murcia ante el UCAM. Esa trayectoria sólida, unida a los buenos resultados en el Tartiere, lanzó a los azules hasta los puestos de privilegio de la tabla. Pero en Huesca, el sistema se tambaleó y el panorama cambió. En sus cuatro últimas visitas, los azules han encajado 16 tantos: 4-0 en Huesca, 5-1 en Alcorcón, 2-1 en Zaragoza y 5-3 en Sevilla ante el filial. La diferencia es notable: de los 0,5 goles recibidos fuera de casa hasta la cita de Huesca se ha pasado a encajar una media de cuatro tantos en casa visita.

Ahora, con el equipo blindando su trabajo en sesiones a puerta cerrada en El Requexón, el cuerpo técnico le da vueltas a la libreta para ver qué once competitivo pueden presentar en el estadio de los Juegos Mediterráneos para escapar con el botín. Una opción barajada por Hierro y plasmada en El Requexón es apostar por una defensa de cinco hombres, un dibujo que los azules ya emplearon en alguna ocasión en pretemporada. La baja de Fernández, indiscutible para Hierro, daría entrada a Johannesson, que se estrenaría esta temporada en la Liga, pero lo haría como carrilero, con una defensa de tres centrales por detrás formada por David Fernández, Verdés y Christian Fernández. El carril izquierdo sería para Varela, lateral de largo recorrido.