Existen los "futbolistas de jueves". Esa clase de jugador que destaca en el partidillo semanal, da un recital en la sombra, sin los focos, pero le cuesta mostrar sus habilidades cuando llega el partido del fin de semana. La diferencia entre entrenar y competir es abismal. Lo que no es tan habitual es seguir el camino contrario. Algo así es lo que sucede con Diegui Johannesson, lateral correcto en los entrenamientos que se crece en los partidos. Así asombró la temporada pasada incluso a sus compañeros de vestuario, que veían cómo el zaguero multiplicaba su nivel a la hora de la verdad. En Almería, tras pasar más de media temporada inédito, Johannesson tuvo la oportunidad de jugar de inicio. Fue de lo poco que se salvó del Oviedo en una tarde, otra, para olvidar.

Johannesson formó como carrilero por la derecha en el férreo complejo defensivo ideado por Hierro para el choque. Se trataba de cerrar espacios sin el balón y con él, estirar al equipo por los costados. Todo lo sucedido en la banda derecha le correspondió al canterano. El lateral actuó como de costumbre, con naturalidad. La forma de jugar de Johannesson es descarada y alegre.

El sistema de Hierro (el 5-3-2) invitaba a explorar las bandas y los datos del partido así lo confirman. Johannesson fue el tercer futbolista azul que más intervino el choque, con 64 toques de balón. Solo le superaron los 68 de Varela, su homólogo en la izquierda, y los 65 de Rocha, encargado de armar el juego ofensivo. En los 90 minutos que disputó en los Juegos Mediterráneos, el asturiano completó 34 pases, con un éxito en los envíos del 91%. También fue objeto de cuatro faltas.

"Tenía muchas ganas de jugar, han sido muchos meses sin hacerlo, pero la sensación que me queda es de tristeza por la derrota", asegura Johannesson, algunas horas después de otra decepción en la expedición azul. Al menos, saca conclusiones positivas sobre su aportación: "Me encontré bien. Yo siempre trabajo de cara a estar lo mejor posible porque nunca sabes cuándo te va a tocar participar. Siempre me veo con opciones de jugar. Lo que tengo que hacer es seguir trabajando para ponerle las cosas difíciles al entrenador".

La semana empieza diferente para Johannesson. Acostumbrado a ejercitarse con los suplentes todos los lunes, al fin le ha tocado la oportunidad de completar un entrenamiento liviano. Pero la amenaza del banquillo vuelve a estar presente. José Fernández está disponible para jugar el domingo ante el Mallorca y Hierro deberá decidir si apostar por su zaguero habitual o si premiar la notable actuación del canterano con más minutos. Johannesson, de momento, se lo toma con calma. La misma que exhibe en los terrenos de juego: "Soy consciente de la situación en la que estoy. Hierro habla habitualmente conmigo y me dice que hay que estar preparado. Y eso es lo que intento".