La baja de Lucas Torró por una una sobrecarga que, salvo sorpresa, le impedirá estar mañana ante el Mallorca obliga a Fernando Hierro a buscar recambio para un futbolista indiscutible en lo que va de temporada. El alicantino es el ancla del equipo, sólo se ha perdido un partido (frente al Reus en la jornada 6) por una gastroenteritis y ha jugado todos los minutos en los otros 22 encuentros del curso. Es, después del portero Juan Carlos, el futbolista que más ha participado del equipo.

Su ausencia, pues, le genera un dilema a Fernando Hierro, acrecentada además por la baja de Erice, otro de los habituales en el centro del campo. De repente, el malagueño tendrá que disponer de una sala de máquinas inédita.

En principio, el recambio natural de Torró parece ser Jonathan Vila, futbolista de corte parecido, defensivo, trabajador, que abarca campo. El gallego no ha contado con muchas oportunidades hasta la fecha y era uno de los candidatos a salir en el mercado invernal pero, sin embargo, ha entrado desde el banquillo en dos (Elche y Valladolid) de los tres últimos partidos. "Hay gente que lleva trabajando mucho tiempo muy bien y que merecen su oportunidad", señaló ayer Hierro, que añadió que para hacer la alineación "voy a intentar ser lo más justo posible".

Para este puesto, pivote de corte defensivo, el entrenador tiene la opción de Vila y también la de Héctor Nespral que, sin embargo, no ha disputado ningún minuto esta temporada. Óscar Gil, que también puede actuar ahí, está lesionado, como Erice. Queda también la opción de que, como el partido es en casa, Hierro dé carrete desde el inicio a dos pivotes de corte más ofensivo, caso de Rocha y Borja Domínguez o que uno de los dos juegue junto a Vila. Un centro del campo nuevo para un nuevo Oviedo.