El Real Oviedo sigue haciendo del Carlos Tartiere un feudo inexpugnable.

Son ya 27, de los 35 puntos que llevan los azules, los conseguidos como local.

Con un juego no muy preciosista, con dominio de ambas áreas pero sin continuidad en el resto del juego y que hace que la mayoría de sus partidos pendan de un alambre para conseguir un resultado u otro, los asturianos terminaron por llevarse la victoria frente a un correoso rival.

Optó Fernando Hierro por continuar con la línea de cinco defensas. Debutó David Costas, que luego sería decisivo, junto a Verdés y Christian en el centro.

Diegui y Varela ocupaban los laterales con la presencia de Vila en el medio centro, como novedad, por las bajas.

Tan importante como las alineaciones de unos y otros parecía el césped del Tartiere. Con muy mal aspecto aguantó mejor de lo esperado a pesar de varias trombas de agua que cayeron durante el encuentro y se puede decir que no tuvo influencia en el resultado.

Con estos condicionantes comenzó mejor el Real Oviedo. Dominador y con jugadas al primer toque de calidad que culminaron en el minuto ocho con un centro de Varela desde línea de fondo que remató Toché de impresionante chilena a la red.

Como suele ser habitual, el Oviedo dio un paso atrás. Dejó la iniciativa al Mallorca que dominó el partido pero sin conseguir acercarse con peligro a la meta de Juan Carlos.

El partido iba transcurriendo con el guión previsto por los locales hacia al descanso cuando Raíllo aprovechó una dejada hacia atrás de Brandon para empatar el encuentro.

El Oviedo no conseguía enchufarse al partido tras el paso por los vestuarios. Fernando Hierro optó entonces por la vuelta a la defensa de cuatro y a los dos delanteros con la entrada de Linares y David por Verdés y Varela.

Mejoraron algo los locales pero no se veía con claridad el camino hacia la victoria.

Pero en un arreón mediada la segunda mitad el partido quedó decidido. Primero Linares falló de cabeza una clara ocasión y poco después Costas remataba de cabeza con potencia en un saque de esquina para lograr el tanto de la victoria definitivo.

Sin muchos problemas más aguantó el Oviedo las acometidas finales de los isleños para llevarse tres importantes puntos que los acercan a la zona de promoción.

Con la seguridad defensiva recuperada (el Mallorca apenas llegó a puerta), la superioridad azul en las dos áreas fue decisiva para llevarse la victoria. Con poco bagaje ofensivo y poco juego en la parcela central, la calidad de los locales acabó por decidir la contienda.

El próximo encuentro para los ovetenses se disputará en Miranda de Ebro. CD Mirandés - Real Oviedo, domingo a las 18:00h.