El Carlos Tartiere sigue siendo el clavo al que se agarra el Oviedo para mantener sus esperanzas de entrar en la zona de privilegio de la clasificación. Los azules sumaron ayer una nueva victoria en su campo y, al igual que sucedió hace quince días ante el Valladolid, lo hicieron con más sufrimiento que juego, lo que acrecienta las dudas sobre las aspiraciones reales del equipo. No obstante, los puntos son los que cuentan en el fútbol y con la victoria de ayer el Oviedo encadena por primera vez tres consecutivas en su campo.

Fue un triunfo sufrido. Los azules iniciaron bien el partido y se adelantaron en el marcador, pero a partir del primer gol el equipo se desinfló y quedó a merced de un Mallorca que fue mejor en el juego pero que careció de profundidad para generar claras ocasiones de gol ante la portería de Juan Carlos. Prueba de ello es que el portero azul apenas tuvo que intervenir y que su gol llegó en una jugada de estrategia.

En la segunda mitad, el Oviedo mejoró con el cambio de sistema. La entrada de Linares por Verdés dio paso a un equipo más intenso para presionar la salida del balón del rival y aprovecharon una de sus contadas ocasiones para ponerse por delante, con un remate de cabeza de Costas, un marcador que mantuvieron hasta el final.

Hierro optó por mantener el sistema de cinco defensas

Fernando Hierro sorprendió alineando cinco defensas en el Tartiere, en un once en el que las mayores novedades fueron la presencia de Vila, Costas y Diegui.

El Oviedo inició bien el partido, con intensidad y elaborando las jugadas con criterio y llegando al área contraria con rapidez. A los siete minutos, el Oviedo se adelantó en su primera ocasión, tras una buena combinación que finalizó con un centro desde la izquierda de Varela y un remate de chilena de Toché que acabó en el fondo de la red.

El gol, en lugar de dar seguridad y tranquilidad a los azules, hizo el efecto contrario. El equipo dio un paso atrás, dejó la posesión al Mallorca y se fue diluyendo poco a poco. Los mallorquinistas tenían el control del juego, pero les faltaba profundidad para sorprender y generar claras ocasiones de gol.

El Oviedo apenas tenía juego porque cuando recuperaba el balón lo perdía con mucha facilidad. Tenía mucha distancia entre las líneas y le costaba salir ya que la presión del Mallorca le obliga a jugar en su propio campo.

A pesar de que el Mallorca no generaba ocasiones, la impresión es que el tanto del empate estaba cerca. Brandon avisó con un disparo desde fuera del área que salió rozando el poste en el minuto 34, y cinco después, en una falta sobre el propio delantero que sacó Moutinho, Brandon cabeceó en el segundo palo dejando el balón para Raillo, que desde el centro del área batió a Juan Carlos.

La segunda mitad comenzó igual que finalizó la primera. El Mallorca era el que llevaba el control del juego ante un Oviedo que seguía sin encontrar el sitio en el campo. Los visitantes avisaron en dos contras llevadas por Lago Junior, desbaratadas la primera por Diegui y la segunda por Juan Carlos, que se adelantó al remate de Brandon.

Fernando Hierro optó por modificar su esquema de su equipo en el minuto 55 con la entrada de Linares por Verdés, pero las cosas apenas cambiaron porque a los azules les seguía costando un mundo acercarse a la portería rival.

La puerta a la esperanza se abrió en el minuto 69, con un centro desde la derecha de Susaeta que Linares no acertó a rematar bien en el segundo palo. A la jugada siguiente los azules forzaron un saque de esquina tras una buena internada de Saúl Berjón por la banda izquierda. El lanzamiento de Susaeta lo remataba de cabeza Costas a la red logrando el segundo gol.

De ahí hasta el final el Oviedo se dedicó a resistir la ofensiva del Mallorca. No fue tan intensa, ni con las opciones claras que tuvo el Valladolid hace quince días para lograr el empate, y los azules pudieron conservar su ventaja en el marcador que les permite volver a acercarse a la zona alta de la clasificación.