Fernando Hierro había apelado al elemento emocional en la previa. "Queremos que Anduva sea nuestro Tartiere", manifestó el técnico. Tras tantos varapalos seguidos fuera de casa, el aspecto psicológico ha ido ganando cuerpo en las explicaciones del técnico. El malagueño lanzó la invitación a la afición para que el Oviedo se sintiera arropado en Anduva y, como era previsible, la fiel afición azul no falló. Nunca lo hace. En el desplazamiento más numeroso en lo que va de temporada se dieron cita en Anduva unos mil aficionados de Oviedo. La llamada de Hierro había tenido efecto.

Las entradas vendidas a lo largo de la semana por el club y la Asociación de Peñas azules del Real Oviedo (APARO) parecían asegurar un gran ambiente que se pudo comprobar sobre el terreno de juego en el coqueto Anduva, engalanado para la ocasión. Muchas de las peñas del conjunto carbayón aprovecharon un desplazamiento cómodo (unas tres horas y media en coche desde Oviedo) para apoyar a los suyos. Algunas peñas optaron por viajar el día antes y pernoctar en ciudades cercanas como Logroño y Vitoria. Hubo otro importante grupo de seguidores que viajó en el día. Tampoco faltaron los exiliados: aficionados azules desde Madrid y de la Peña oviedista de Barcelona. Todos ellos coincidieron en el fondo Norte, la zona habilitada por el Mirandés, con capacidad para 1.100 espectadores, para los visitantes.

También fue sobresaliente la respuesta de la afición local. Para el Mirandés, el choque ante el Oviedo suponía una cita trascendental. Durante la semana previa se había lanzado una iniciativa por parte del club burgalés para fomentar la asistencia. Además de lanzar un video por las redes sociales con la participación de los futbolistas de la primera plantilla y de que las peñas también hicieran un llamamiento, el club ofertó dos entradas a cada socio por 5 euros. El sábado, en Anduva se había colgado el cartel de no hay billetes para la zona reservada para aficionados locales. El buen ambiente estaba asegurado.

Desde una hora antes del choque los aficionados del Oviedo se dejaron notar en la grada de Anduva. Las condiciones climatológicas no acompañaron (9º, fuerte viento y rachas de lluvia) ni tampoco las condiciones del fondo, sin techo, pero los ánimos no se resintieron. Nunca se resienten cuando se trata de apoyar al Oviedo.

Afortunadamente para ellos esta vez la fiesta sí fue completa. El convincente 0-2 sitúa a los azules en zona de play-off y acaba con el maleficio fuera de casa. A domicilio, el Oviedo acumulaba cinco derrotas consecutivas. Hierro había manifestado en la previa que su deseo era que los seguidores carbayones tuvieran un feliz regreso a casa. Así fue para los mil oviedistas que ayer desafiaron al mal tiempo en Anduva.