La vida es de otro color cuando se gana fuera de casa: hay tensiones que se liberan, hay más confianza y seguridad en el grupo, hay tranquilidad y optimismo en el entorno, hay tuits con fotos de buen rollo desde el autobús del equipo y hay buenas ideas que tienen por objetivo tratar de alargar el subidón del personal. Una de ellas la anunció ayer mismo el Oviedo, sin tiempo que perder: una campaña especial para tratar de convertir el Tartiere en una caldera el domingo ante el Getafe (18.00 horas). Desde hoy por la mañana, en las oficinas del club azul o en la tienda del centro comercial MODOO, cada socio podrá retirar una entrada de acompañante al precio de diez euros presentando su abono. El Carlos Tartiere gana puntos, eso el equipo lo sabe, así que cuanta más gente en las gradas mucho mejor.
Ya se sabe que, a pesar del maltrecho césped, el estadio carbayón es un fortín. Está requetescrito. En casa, el Oviedo es el tercer mejor equipo de la categoría, 27 puntos de 39, y ahora que vienen curvas en el Tartiere (Getafe, Cádiz y Girona, todos rivales directos, son los próximos tres visitantes) es buen momento para tratar de mejorar la asistencia de espectadores, que sorprendentemente es más baja que la del año pasado. El dato está ahí, en el gráfico adjunto: esta temporada van de media al Tartiere casi mil personas menos que la temporada pasada, según las estadísticas de aforo que fue dando cada partido el club. Concretamente, van 839 menos cada partido respecto al curso pasado. En los trece duelos que ha jugado el Oviedo en casa esta temporada, han ido al Tartiere un total de 172.862 personas. En las mismas jornadas de la temporada anterior, habían ido 183.780 espectadores, 10.918 más. La rebaja es significativa y, con campañas como la anunciada ayer, el club azul quiere dar un impulso a la afluencia en un estadio con una capacidad de 30.500 espectadores.
Este curso, la mayor entrada de la temporada en el Tartiere fue en el partido contra el Rayo Vallecano (jugado a las 12 de la mañana). Ese día hubo 14.628 personas, según datos del club. La peor, paradójicamente, llegó también en otro partido jugado a las 12. Fue el último ante el Mallorca, un día lluvioso en el que se dieron cita un total de 11.933 personas.
Las estadísticas esta temporada arrojan datos discretos. Por ejemplo: en ninguno de los trece partidos de este curso en el Tartiere se llegó a los 15.000 espectadores, que es la mitad del aforo del estadio. Y hubo dos encuentros (Elche y Mallorca) en los que se bajó de las 12.000 personas, una barrera de la que nunca se había bajado el curso pasado por estas fechas. En todos los partidos, pues, hubo menos de media entrada, aunque en muchos de ellos no lo pareciera.
Esta tendencia no fue así el año pasado. A estas alturas, la mejor entrada era de 22.634 espectadores, conseguida en el partido del Alavés (1-1), entonces líder de la competición. La asistencia este año en el partido frente al líder Levante, en el que los azules ganaron 2-0, fue de 14.361, 8.273 menos que entonces.
La peor asistencia la temporada pasada se había dado, curiosamente, la jornada siguiente a la del Alavés, en el partido frente al Tenerife, con 12.145 espectadores en las gradas. Además, se había llegado a 15.037 espectadores en el partido frente al Zaragoza, jugado también al medio día. Otra de las mejores entradas fue frente al Valladolid, cuando se registraron 16.191 espectadores.
Con una entrada o con otra, con más o menos gente, lo que se sabe es que el equipo ruge cuando la grada ruge. Y eso es lo que quiere la entidad azul con la campaña, mejorar la asistencia al campo para fortalecer ese rugido y esa conexión que necesita el equipo para mantener alto el vuelo ahora que se va acercando el tramo importante.
