Ha pasado un mes y medio de la pesadilla del Pizjuán (5-3) y de lo que siguió aquella semana: caras largas, miradas esquivas, desconfianza, alboroto alrededor y una rueda de prensa sorpresa de Hierro un martes gris y lluvioso en la que reclamó líderes, desnortado el equipo fuera de casa, superado. Ha pasado mes y medio, decíamos, pero parece que han sido años. Un mundo.

Porque cinco victorias después la vida es muy distinta en El Requexón. El Oviedo es otro. Los fichajes han mejorado la plantilla y han elevado el nivel de los compañeros. Las victorias, poderosas ellas, han traído confianza, seguridad y fuerza. El equipo cree en lo que hace y los futbolistas, titulares y suplentes, afrontan cada sesión como si fuera una final. Ayer hubo un ejemplo en El Requexón. El entrenamiento no fue ni el más largo ni el más exigente, pero el ímpetu competitivo no sólo se vio sino que se escuchó. "¡Morder, morder, morder!", gritaba Hierro una y otra vez, especialmente activo. "Morder hasta robar", insistía. Cero relajación. El técnico organizó ejercicios de posesión y presión para reforzar una de las claves de la mejora del equipo: la intensidad sin el balón.

El triunfo en Miranda le quitó al Oviedo un gran peso de encima y le dio autoestima. Ante el Getafe no hubo rastro del miedo y la apatía vistos en otros partidos. El Oviedo fue capaz de resistir en el alambre, levantarse, acabar el partido en campo rival y ganar. "Cero goles, cero goles", gritaba el malagueño. Sabe el técnico, lo repite una y otra vez, que la prioridad es proteger a Juan Carlos, hacerse fuerte desde atrás y crecer a partir de la solidez.

El Oviedo, pues, no baja la guardia para la "revancha" de Reus. Así lo llamó ayer Diegui: "Revancha", por la derrota de la primera vuelta (0-1). El Oviedo le tiene ganas al Reus y a la Liga.

Porque aunque se diga que no, en el vestuario sí le echa un ojo a la clasificación. Es natural. El Oviedo atraviesa su mejor momento y ha igualado los mejores registros de la temporada pasada: tres victorias consecutivas y cinco triunfos en seis duelos. Si se gana en Reus, pues se pulverizan ambos parciales.

El Oviedo, además, ha ganado ya a los tres equipos recién descendidos de Primera: Levante (2-0), Rayo (2-0) y Getafe (2-1). Y si gana pasado mañana, igualará en 27 jornadas las victorias fuera (4) que se consiguieron en todo el curso pasado. El Oviedo sonríe y muerde a punto como está de llegar marzo. Lejos quedan aquellos días malos de enero. Las victorias, ya se sabe, lo curan todo.