Alrededor de Fernando Hierro, como sucede de un tiempo a esta parte alrededor de la mayoría de los entrenadores, siempre ha flotado el debate de la posesión. Su discurso recién llegado a Oviedo abrazando el fútbol asociativo y de buen trato a la pelota, seguramente más una preferencia que una convicción entonces, contribuyó de alguna manera a generar unas expectativas preciosistas probablemente incompatibles con la categoría. La Segunda División es el último peldaño a la cima, una lugar de paso donde es fácil aceptar que el fin justifique los medios. En esta categoría hay una preocupación mayor que gustar: subir.

Hace tiempo que Hierro ha entendido la situación y hace también tiempo que la mayoría del oviedismo superó este debate. En Oviedo la gente no está más feliz con una jugada cargada de toques que con un gol en el minuto 89. Por encima de todo, aquí se premia la intensidad, el esfuerzo, los dientes prietos, el orgullo, el valor, la garra, la intensidad. En eso cree Hierro aquí y ahora, con el Oviedo y en Segunda. "Segunda es la liga más igualada del mundo. Hay un altísimo porcentaje de balón parado, de contraataque, de transiciones. Eso no lo podemos cambiar. O te adaptas o no te adaptas", aseguró ayer el técnico en su rueda de prensa semanal en El Requexón.

Así que lo que ha hecho Hierro, y por extensión el Oviedo, ha sido adaptarse. Y la vida sin el balón le va al equipo azul fenomenal, al menos hasta la fecha, porque de los doce triunfos que lleva en la Liga diez los ha conseguido con menor posesión que su rival, un dato que confirma que el equipo no necesita la pelota para triunfar. Antes prima una solidez defensiva que no sólo depende de la defensa, jugar como un bloque y, por supuesto, echarle al menos la mismas ganas que el rival. "A intensidad nadie nos puede ganar, ni en casa ni fuera", dijo Hierro. "Luego está que un equipo esté más acertado que tú, que entienda mejor el partido, un balón parado, una genialidad", añadió. Luego están eso, detalles, y aquí, en los detalles, por ejemplo la pegada o el dominio de las áreas, el Oviedo, por calidad de sus futbolistas, tiene ventaja sobre otros equipos. "Tenemos que competir al máximo de nuestras posibilidades y saber que ahí no nos puede ganar nadie. Eso es el camino de la categoría", incidió.

Por eso el técnico y su equipo le meten tanta intensidad a los entrenamientos. En realidad, siempre ha sido así, pero en las últimas semanas, liberado el grupo tras la racha de cinco triunfos en seis partidos y especialmente tras la victoria en Miranda, ese ímpetu no se transforma en ansiedad sino en energía. "Morder, morder, morder", repetía el entrenador el martes en el entrenamiento.

El Oviedo está fuerte y con confianza. Los nuevos fichajes han elevado el nivel de la plantilla y han ayudado a subir también el de los futbolistas que estaban. Así lo ve Hierro: "Han venido fichajes nuevos y la gente que está del año pasado ha dado un paso adelante entendiendo que la competitividad es sana. Se trata de hacer un grupo más fuerte cada día", dijo. Un ejemplo claro del paso adelante se advierte en Susaeta, muy mejorado también tras la incorporación al once de Diegui Johannesson.

Pero al final, en este categoría, como en todas, las dinámicas de los equipos las marcan los resultados, que es una de las pocas cosas que no juegan el siguiente partido. De ahí que Hierro pida olvidarse de la buena racha azul y centrarse en el Reus. "Mientras antes nos quitemos de la cabeza la racha mejor. Estamos sumando muchos puntos y eso ya los tenemos. Ahora no me vale lo que pasó en Getafe, ni en Miranda, ni por supuesto en Almería. Cabeza limpia y Reus. Reus, Reus, Reus. No quiero otra cosa", afirmó el preparador andaluz, que calificó al conjunto catalán como un equipo "atrevido, que sigue progresando, que juega bien, le gusta tener la posesión y que le gusta correr riesgos".

A esa batalla va mañana el Oviedo, que no da importancia a jugar de viernes porque, según su entrenador, "competimos los dos en las mismas condiciones". Las dinámicas no son las mismas: el Oviedo está en su mejor momento de la temporada. El Reus, con una victoria en ocho jornadas, en el pero. La estadística, sin embargo, tampoco juega.