Hay muy buen ambiente en El Requexón y en una mañana como la de ayer se nota a las primeras de cambio. No hay más que fijarse, por ejemplo, en Jonathan Pereira, futbolista coñero y querido en el vestuario. El gallego lleva cinco partidos fuera de la convocatoria y sonríe como el que más, siempre dispuesto a la broma. Una de las claves de la fortaleza de un grupo, de su unión, es que los futbolistas con menos minutos, como es el caso del vigués, sumen así. Ni una mala cara. Ni un mal rollo.

El Oviedo sonríe en los despachos y también en el césped. Ahí están las fotografías que acompañan esta página. Los ejercicios son intensos pero en el entretiempo hay relajación y risas. Complicidad. Se nota que la cosa marcha, que el equipo está en el mejor momento de la temporada. El mensaje en el vestuario es de prudencia, faltan muchas jornadas, pero son conscientes de que línea es buena y el camino es el actual. Linares, que reapareció por el once el sábado y marcó el primer gol, lo verbalizó ayer: Hay que aprovechar el momento e intentar alargarlo hasta final de temporada", dijo el atacante aragonés. "La jornada se nos dio perfecta y hay que trabajar al máximo para aguantar la ventaja", añadió, y, como se vio en la celebración en el Tartiere, dijo que dedicaba la victoria y el gol a "los 155".

Trabajar al máximo. Esa es la clave que se marca el cuerpo técnico, como repite semana a semana Fernando Hierro. También la plantilla, que hoy se reúne a comer junto a otros empleados en uno de esos momentos necesarios para hacer equipo y grupo y que, de alguna forma, también evidencian la fortaleza del vestuario. "Quedan 14 jornadas, muchos puntos en juego. Está todo igualadísimo. Vamos a tratar de mantener esa ventaja", insistió Linares, que es el único futbolista azul que, a día de hoy, no podrá estar a disposición de Hierro para el duelo del sábado en Los Pajaritos de Soria (18.00 horas). Jonathan Vila, que está fuera desde Anduva, se entrenó ayer con el grupo y está listo para volver a jugar. También Lucas Torró, que se perdió el partido ante el Cádiz por acumulación de tarjetas amarillas.

La buena racha del equipo oviedista, que le ha afianzado en el play-off con un colchón de seis puntos con el séptimo, invita a mirar más hacia arriba que hacia abajo. En la hinchada hay quien vuelve a pensar incluso en el ascenso directo, que actualmente marca el Girona con 55 puntos, diez más que el equipo azul. En el vestuario insisten en tener calma, recuerdan que el objetivo es entrar entre los seis primeros y que, más allá de cuentas, hay que ir paso a paso. "Tenemos que centrarnos en nosotros", advirtió Linares, que señaló que el duelo ante el Numancia "va a ser difícil" porque "ellos llevan tres partidos malos y siempre ha sido un campo difícil".