Mucha gente, en esas tertulias en las que siempre intento compartir mi oviedismo, me pregunta de dónde me viene la afición de ser del ROCF. Gracias a mi padre, contesto; y no es una afición es una forma de vivir, apuntillo.

Mi padre, Vicente Arbesú, nació en Tudela Veguín, a escasos 10 kilómetros de la capital del Principado. Me ha contado muchas batallas de aquellos años 60 en los que el ROCF era un club potentísimo y para los guajes de la zona ir a ver un partido era parar el tiempo y olvidarse de los sinsabores del siglo pasado.

Los desplazamientos a Oviedo desde Veguín eran comparables a los desplazamientos a Ávila, Caravaca,Cádiz,Albacete, Éibar o el de ayer a Soria. En número no llegaba a tres dígitos pero llenaban autobuses de aquella línea mítica ´´El Carbonero´´ y en griterío y algarabía puedo pensar que superaban o igualaban a los actuales viajes.

Recuerda como en un ROCF vs Real Madrid en el campo de Buenavista ,al marcar un gol el equipo carbayón, hubo tal avalancha que el cura del pueblo resbaló y acabó en un charco. Ese simple resbalón apareció documentado en los periódicos de la época. El cura fue famoso gracias a un gol del ROCF.

El otro día escuchaba que la grandeza de la afición del ROCF es debido a que es una afición de, por y para el club, no entiende de categorías. Se ha podido comprobar en Tercera, Segunda b, Segunda y Primera. Los años en Tercera y en Segunda B nos han hecho mucho daño y era difícil que nos respetaran por aquellos campos de barro pero ese barro se ha convertido en una coraza que ahora es difícil de tumbar.

Muchas veces pienso que algunas veces pecamos de recordar momentos gloriosos del ROCF. Creo y deseo que esos momentos gloriosos vendrán y los podremos vivir todos, con respeto y humildad (como remarcaba Hierro esta semana). Dos calificativos que desde 2002 hasta el ascenso a segunda en el 2015 no recibíamos con mucha asiduidad como club y como afición.

Esos años callaba, lloraba, recordaba, preguntaba a mi padre que me hablara de viejas andanzas y tiraba de hemeroteca. Viví la grandeza de los años 90 pero me emociona más recordar los partidos en Tercera y Segunda B; muchas veces recordar el sufrimiento y el dolor te hacen eterno, porque sabes que puedes superarlo una y otra vez.

Ayer el empate en Soria me supo bien, dejar la portería a cero es crucial. Punto es punto. 800 desplazados a Los Pajaritos que no pararon de alentar, ahora estamos disfrutando no sufriendo.

Seguiremos fletando autobuses de la línea ´´El Carbonero´´ y los 800 de Veguín irán por los campos de Primera, no habrá avalanchas y el cura del pueblo seguirá al ROCF utilizando la wifi de su parroquia, ganaremos, empataremos o perderemos pero los guajes de Veguín dirán: "Yo soy del ROCF esté donde esté´".

O V G