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Fútbol | ¿Qué fue de ellos?

A Luismi el azul le dejó huella

"Personal y deportivamente la etapa en el Oviedo fue la que más me marcó", dice el exfutbolista, que ahora trata de abrirse camino como técnico

Luismi intenta rematar de cabeza un balón ante la oposición del defensa del Ávila Anel en el partido disputado en el Carlos Tartiere por el ascenso a Segunda B, en la temporada 2004-05. LUISMA MURIAS

Nicolas y Álvaro saben que cuando juega el Oviedo les toca ponerse la camiseta azul y ver con su padre al equipo que más huella le dejó cuando fue futbolista. Puede coincidir con un partido del Barcelona o del Madrid, pero en casa de Luismi se ve al Oviedo. "Son dos oviedistas más", dice sobre sus hijos el que fuera central del Oviedo las temporadas 2003-04 y 2004-05.

Fueron solo dos temporadas pero en el estado de Whatsapp del gallego aparece un escudo del Real Oviedo y su correo electrónico responde al nombre de "20 azul". "Al final personal y deportivamente la época del Oviedo fue la que más me marcó; jugué seis temporadas en el Pontevedra y con ellos disputé una fase de ascenso a Segunda pero para mí las dos del Oviedo fueron las más importantes", explica desde Vigo, donde reside, en conversación telefónica con este periódico.

Luismi, de 42 años, hace solo tres que dejó el fútbol. En estos momentos trabaja en una empresa de telecomunicaciones y ha decidido dejar un tiempo de lado el balón. Una pausa que -aclara- "es temporal". "En mis últimos años como jugador ya lo compatibilizaba con entrenar en las categorías inferiores del Celta, estuve en el fútbol base y después dirigí a un equipo de Preferente un par de años. Ahora me he tomado un descanso de entrenar, pero sigo yendo a congresos y acumulando conocimientos para mejorar y cogerlo después con más fuerza cuando regrese. Siempre es bueno pararte un poco y ver qué has hecho bien y qué has hecho mal", explica el exfutbolista.

De la faceta de entrenador reconoce que "enseguida te das cuenta de que es mucho más duro que ser jugador. Sientes la soledad, le das muchas vueltas a la cabeza, se sufre pero a la vez también es muy gratificante", añade.

A Luismi hablarle de su etapa en el Oviedo es hablarle de "dos años que me parece que fueron veinte. Fueron años muy bonitos, sobre todo por el cariño de toda la gente, eso te llega al corazón y te hace tener la sangre azul para siempre", explica. Algunas de las escenas que relata Luismi de su etapa en el Oviedo justifican la intensidad de esos sentimientos, por eso la plantilla de la temporada 2003-04 tiene un sitio especial en la historia azul: "Nunca se me olvidará después de perder en la eliminatoria contra el Arteixo como al volver a casa, que yo vivía muy cerca del estadio, un niño que iba con su padre me dijo: 'ánimo Luismi que el año que viene se consigue'. El niño estaba llorando y me estaba animando".

Una escena que explica bien una temporada en la que el Oviedo vivió en estado de excepción. "Nos tuvimos que sobreponer a las adversidades, el Ayuntamiento no nos apoyaba, empezamos con menos seis puntos, al principio no había casi jugadores... Todo eso hizo que fuéramos una piña y que la afición se volcara con nosotros. Era una maravilla. Te decías, ¿cómo le voy a fallar a esta gente? Que hay una nevada, pues limpiamos el campo; los campos de entrenamiento estaban descuidados, muchas veces nos encontrábamos con agua fría y encima fue un año que llovió muchísimo. Pero al final te compensa todo. El aliento de la gente por la calle, la unión del club, la afición, el cuerpo técnico".

Todo eso hizo también que fuera especialmente duro no ascender en la eliminatoria contra el Arteixo. "El campo estaba lleno, la gente tenía una ilusión tremenda y quedarte a un pasito... Fue una decepción tremenda, de las de quedarte días sin dormir", rememora el central.

Pero todo tuvo su recompensa la siguiente temporada, la 2004-05, en la que sí se logró subir. El momento que elige como el mejor de su etapa en el Oviedo es precisamente el partido de ida de la eliminatoria por el ascenso en el que ganaron 1-5 al Ávila. "Tuve la suerte de marcar el tercer gol y nos dimos cuenta de que lo teníamos. Por todo lo que se pasó y después de no haber conseguido el ascenso ante el Arteixo, aquél ascenso fue algo muy especial", cuenta el exfutbolista.

Ha pasado más de una década pero Luismi reconoce que de vez en cuando le gusta mirar las fotos de unos años que jamás olvidará.

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