Por segunda jornada consecutiva, a Pablo Machín le tocó dar explicaciones sobre una derrota. Una práctica no habitual en un equipo que se había acostumbrado a sumar con mucha regularidad. Para el entrenador visitante, el partido se definió en las áreas. "Lo que habíamos planteado, a pesar de las condiciones del campo, lo plasmamos en el campo. Entramos bien y no dejamos que el rugir del público se dejara sentir en la primera parte", explicó. Fue entonces cuando el Oviedo dio el golpe de autoridad: "Al empezar la segunda parte nos hicieron daño con un córner que lanzan habitualmente. Después no supimos gestionar esos minutos y nos hicieron el segundo. Generamos ocasiones para meternos en el partido pero no era nuestro día. Esos cinco minutos de lucidez, con gente de calidad, deciden el partido. Nosotros disparamos con perdigones y el Oviedo con balas".

El partido le deja al técnico del Girona una sensación agridulce. "Tuvimos superioridad en un montón de cosas durante los 90 minutos, pero lo que cuenta en el fútbol son los goles. Hicimos un encuentro muy digno, me voy relativamente contento por las sensaciones que deja el equipo. El Oviedo ha demostrado una contundencia que no es normal en la categoría".