Había insistido en la previa Fernando Hierro en la necesidad de que sus pupilos se comportaran como un "equipo". Creía el malagueño que era el único camino posible si se quería acabar con la resistencia del Girona y su novedoso sistema con tres centrales. Incluso el entrenador alteró la rutina, entrenando un día más, para preparar el plan. Y la cosa funcionó perfectamente. Por eso, sus reflexiones al final del choque reflejaban la satisfacción del trabajo bien hecho. "Hemos colaborado en el cumpleaños. Hicimos un esfuerzo increíble porque hubo fases en las que tuvimos que sufrir. Al final le ganamos al mejor equipo que ha pasado por el Tartiere. Era un día festivo, del club, de la gente, y lo hemos cerrado con tres puntos y fuegos artificiales. Felicito a los oviedistas: de este día recordaremos que se cerró con tres puntos", resumió el entrenador.

Hierro entró en materia para analizar lo sucedido durante los 90 minutos. "Es verdad que el Girona tuvo tres o cuatro oportunidades en las que Juan Carlos estuvo fantástico, pero nosotros también pudimos sentenciar a la contra. Salieron a relucir nuestras virtudes, como el balón parado. Competimos de verdad", aseguró Hierro. "Hemos puesto alma. El equipo creyó e hizo un esfuerzo fantástico. Los jugadores se dejaron la vida y todos nos sentimos orgullosos", añadió.

El entrenador hizo un balance de la situación del equipo en la tabla: "Deseábamos esta imagen desde el principio de temporada y también llegar a las últimas jornadas con opciones de pelear. Esto es una ruleta, a veces te sonríe y otras no, pero tenemos ánimo y sabemos cuál es nuestro objetivo. Ni la derrota ni la victoria nos cambia la forma de trabajar".