Los números, que raras veces mienten, no ofrecen dudas al respecto. El Oviedo de 2017 es imparable en el Carlos Tartiere. El cambio de año ha tenido como efecto una mezcla de atmósfera mágica en la grada con las óptimas prestaciones en el terreno de juego. De la combinación sale una racha impresionante de seis victorias consecutivas en el municipal ovetense. A esa buena dinámica se agarran ahora los azules para regresar a la senda de la victoria después de la dolorosa derrota de Tenerife.

Dolorosa por lo que podría haber supuesto una victoria en la tabla, aunque no tanto por la imagen del equipo, que dio la cara durante los 90 minutos y estuvo cerca de superar los obstáculos externos que se interpusieron en su camino.

Pero el árbitro Pérez Pallas ya es cosa del pasado para el vestuario. El equipo mira al próximo envite, el encuentro ante el UCAM en el Tartiere, que debe servir para engordar la racha del equipo como local. Seis equipos han pasado por el municipal ovetense en lo que va de año y todos han sucumbido. El Elche cayó 2-1; el Valladolid, 1-0; el Mallorca, 2-1; el Getafe, 2-1: el Cádiz, 2-1 y el Girona, 2-0. 18 puntos consecutivos, con 11 goles a favor y 4 en contra, El impulso que necesitaba el grupo para presentarse como serio candidato al ascenso.

En el vestuario lo tienen claro. El último en lanzar su apuesta por el Tartiere es Miguel Linares. "Siempre que nos hemos caídos nos hemos levantado. Con nuestra gente no tenemos ninguna duda, somos capaces de cualquier cosa. Será difícil porque ellos han perdido uno de los últimos doce partidos y están en una posición engañosa", analiza el aragonés.

El Tartiere se presenta cada temporada como la base sobre la que el Oviedo edifica sus proyectos. Pero encontrar una racha tan más significativa que la actual en el fútbol profesional no es tan sencillo. La última vez que el Oviedo logró encadenar siete triunfos consecutivos en el fútbol profesional fue en la campaña 2000/01, en Primera. Entonces, el equipo de Antic le ganó al Zaragoza (2-1) en la 4.ª jornada, al Celta (3-1) en la 6.ª, al Rayo Vallecano (4-1) en la 8.ª, a la Real Sociedad (1-0) en la 10.ª, al Valladolid (4-1) en la 11.ª, al Málaga (3-2) en la 13ª y al Racing (1-0) en la 15.ª. Fue el Barça, en la 17.ª fecha, el que puso fin a la gran dinámica, con un 2-3 en el Tartiere. La temporada sin embargo terminó de la peor manera posible, con los azules consumando su descenso a Segunda División.

La necesidad de ganar llega impuesta por la presión de los de atrás y por el calendario. El Huesca, séptimo, navega a solo dos puntos de los azules después de acumular 8 partidos consecutivos sin perder. Para todos los equipos de play-off sigue siendo la principal amenaza. Lugo (44 puntos, a cinco de los azules) y Valladolid (43) se resisten a abandonar sus pretensiones de disputar la promoción de ascenso.

La exigencia viene también por lo que dice el calendario. Con solo diez jornadas por disputarse, 30 puntos, cualquier impulso puede ser decisivo. La jornada en Segunda, como la anterior, vuelve a repetir choques en la parte alta de la tabla. Los más destacados, los que enfrentan al Cádiz (cuarto) con el Lugo (octavo) y al Getafe (sexto) con el Levante (líder). Pero el Oviedo, defiende Hierro, no mira más allá del siguiente rival. Así ha sido durante la temporada y no va a cambiar ahora. El cuerpo técnico ya trabaja en el estudio de las fortalezas y debilidades de un UCAM que se mantiene firme en su lucha por la permanencia en la categoría.