El entrenador del Oviedo, Fernando Hierro, se ha referido tras el partido de Lugo al polémico arbitraje de Fernández Ortega, debutante en Segunda División, que anuló un gol polémico a Toché con el 2-1 y no pitó un claro penalti a David Fernández al final. Hierro, que al final se fue a hablar con él, ha mantenido la línea habitual: "Soy tranquilo y educado, y lo digo así. Primero he mirado lo nuestro y después los demás. Prefiero no hablar de los árbitros, pero hay determinadas cosas que no nos terminan de gustar y no hay más", ha señalado.

El técnico malagueño ha asegurado que el Oviedo ha estado bien hasta el gol del empate del Lugo. "El primer gol nos afectó mucho y nos hizo dudar. Hasta el empate, el equipo me gustó. No puede cambiarnos tanto un gol", ha dicho. "En el descanso les dije (a los futbolistas azules) que son cosas que pasan y que tuvieran calma", ha añadido.

"El día era el idóneo, con la afición que le agradecemos el apoyo, y nos duele porque era un partido muy importante", ha afirmado Hierro, que aseguró que, de cara al futuro, el equipo tiene que "ser fuerte mentalmente cuando recibamos gol y cuando lo marquemos". El técnico ha dicho, no obstante, que "el equipo ha competido hasta el último minuto. En ese sentido, ningún reproche".

Sobre Linares, que se ha quedado en el banquillo a pesar de que el Oviedo necesitaba anotar el gol del empate, Hierro ha explicado que prefirió no arriesgar porque "había visto cartulina amarilla por protestar".