La línea que divide al sexto del resto de equipos en la competición tiene efectos directos en la moral. Es la frontera entre el éxito y el fracaso a final de temporada y una buena pista para evaluar la trayectoria de los equipos punteros durante la campaña. Nadie en el Oviedo quiere hacer referencia a la tabla a estas alturas, queda aún mucha tela que cortar, pero la estancia de los azules en la zona de play-off asegura cierto confort para preparar los choques cada fin de semana. Los de Hierro ya acumulan diez jornadas consecutivas entre los seis primeros aunque la amenaza del Huesca no les permite relajarse lo más mínimo. En Valencia, ante un líder que se juega cerrar su regreso a Primera División, el Oviedo vuelve a poner en juego su estatus: ser equipo de play-off pasa por sacar algo positivo del Ciudad de Valencia.

Tras una primera parte de la competición irregular en la que los azules transitaron entre el segundo puesto (jornada 13.ª) y el 18.º (5.ª y 6.ª fecha), el equipo pareció encontrar el rumbo correcto a inicios de febrero. Los azules asaltaron Anduva para romper el maleficio de los partidos a domicilio y regresar a la zona de play-off, al sexto puesto. Hierro encontraría a partir de ahí una solidez que llevó al equipo a uno de sus mejores momentos en la competición. En las jornadas 28.ª y 29.ª (victoria 2-1 ante el Cádiz y empate 0-0 en Soria), los azules se acomodaron en la zona noble con un mullido colchón de seis puntos respecto al séptimo, la mayor renta de toda la temporada. A partir de entonces la reacción de los de atrás y la irregularidad carbayona en los partidos lejos del Tartiere han hecho que la distancia haya ido menguando: tres puntos de ventaja en las jornadas 30.ª y 31ª; dos en la 32.ª y 33.ª; y uno en las dos últimas.

Ahora, la condición de equipo en zona de play-off se pone en juego en el escenario más duro de Segunda: el Levante aún no ha perdido en el Ciudad de Valencia. El Huesca recibe al Rayo y el Oviedo necesita sumar para evitar perder ritmo con los de arriba y exponerse a que le supere el conjunto de Anquela.

La empresa no es sencilla y las condiciones que rodean al choque la hacen aún más complicada. Hierro debe lidiar con un serio problema de lesiones en la retaguardia. Son bajas seguras para el choque Varela, Verdés y Christian Fernández, por lo que toca recomponer la zaga. Por si no fuera suficiente, ayer David Costas añadió más dosis de preocupación al retirarse al vestuario antes de finalizar la sesión. Lucas Torró también se fue antes de tiempo. En los próximos entrenamientos en El Requexón podrá comprobarse su estado. Hoy por hoy, es uno de los imprescindibles en los esquemas del malagueño.

Hierro ya maneja alternativas para paliar las ausencias, como se pudo ver en el entrenamiento de ayer. Las dos líneas defensivas de la sesión estuvieron compuestas por Johannesson, Vila, David Fernández y José Fernández (adaptado a la izquierda), de un lado; y Rocha (como improvisado lateral), Óscar Gil, Emilio Morilla (central del Vetusta) y Fran (lateral izquierdo del juvenil de División de Honor). Aún quedan sesiones para afinar la puesta a punto, pero la opción de la cantera siempre aparece.