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Análisis

Dominar todos los detalles

Dominar todos los detalles

La del Ciudad de Valencia es una de esas derrotas que conviene contextualizar. Si el 1-0 hubiera llegado a comienzos de temporada o con el equipo en una situación más holgada (el famoso colchón que poco a poco va adelgazando), la lectura optimista se impondría. Pero con seis semanas para el final de la competición y los perseguidores acechando (el Huesca como depredador más voraz) todo parece reducirse a una cuestión de números. La matemática manda, las sensaciones quedan a un segundo lado. Es cierto que el equipo ha completado un mes de abril con peores resultados que imagen pero también lo es que a lo largo de la competición, desde agosto, no ha mostrado muchos argumentos a los que agarrarse fuera de casa. En el Tartiere, el Oviedo es insuperable; lejos de su base, sus poderes se desvanecen. La situación no se ha despejado a lo largo de la campaña y los azules entran en la fase definitiva jugando en el alambre.

Lo de Valencia fue una historia similar a la vista en otras plazas. El Oviedo es superado una parte del encuentro por su rival, un rival de peso en este caso, consigue sobreponerse al naufragio agarrándose a una tabla, sobrevive a los malos momentos (es una condición que no muchos equipos poseen) y se dispone a contestar. Hasta ahí todo bien. Pero el golpe llega en ese momento, cuando el equipo parece más cómodo. Una estrategia mal defendida condena al equipo, ante el líder, con un estadio que empuja a una victoria con efectos más allá de los tres puntos. Esa acción del minuto 55 acaba decidiendo el partido. Y el Oviedo tiene que saber controlar esos momentos. Porque en el clima de máxima igualdad que domina los partidos de Segunda, los detalles cobran una importancia máxima. Un córner, una contra, una decisión arbitral. Cualquier mínimo tropiezo pesa ahora una tonelada.

Copiar el modelo de casa

Viendo la trayectoria tan marcada del Oviedo (sumar en casa, tropezar fuera), quizás la decisión más lógica sea intentar transportar lo que se hace en el Tartiere al resto de campos. Podría empezar Hierro por probar con el sistema. Reforzar el centro del campo ha hecho mejorar la imagen pero sin que lleguen los triunfos. Un dibujo con dos delanteros, con espacios para correr, podría funcionar a domicilio.

Un esfuerzo por David Costas

El final de la competición se bifurca en dos escenarios diferentes para la dirección deportiva, ese cuerpo del club que siempre debe trabajar con meses de antelación. No es lo mismo un Oviedo en Primera que en Segunda. Sin embargo, hay algunas decisiones que sí son comunes. Que David Costas es central para el Oviedo es una de ellas. El problema radica en su situación contractual: el zaguero pertenece al Celta y está en El Requexón a préstamo. Sin la bendición de Berizzo en Vigo (está por ver que el argentino siga allí), su salida podría ser más beneficiosa. El Oviedo debe hacer un esfuerzo por el gallego, que presenta dos condiciones de peso para seguir vistiendo la elástica azul: es un buen futbolista y es un buen futbolista para el Oviedo. Las dos cuestiones no siempre están relacionadas, como se ha demostrado en los últimos años. El Tartiere aprieta y se necesitan futbolistas habituados a destacar allí. Como Costas.

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