Cuando se le mencionan los cálculos para entrar en el play-off de ascenso a Primera División, Fernando Hierro casi no deja ni terminar la pregunta. Salta su mecanismo de defensa. "No lo sé. No sé cuántos puntos son necesarios de aquí al final. Cada uno tendrá su calculadora y puede pensar que este o aquel pincharán en un partido. Pero si tú no ganas, nada tiene sentido", responde al instante antes de lanzar un mensaje habitual a lo largo de la temporada: "Sólo en pienso en una cosa: Tarragona, tres puntos". Ese es el mensaje directo de la semana. Un destino, Tarragona, y un objetivo, la victoria ante el Nàstic.

Quien pensara que las últimas derrotas podrían hacer cambiar el discurso de Hierro se equivocaba. El entrenador repite rutinas en sus intervenciones ante los medios. Siempre entra con buen semblante, bromea y se acomoda para someterse al bombardeo de preguntas. Sus respuestas mantienen la misma línea: apela a lo emocional, intenta evitar el debate futbolístico y esconde sus cartas. "El de Tarragona es un partido vital", explica yendo más allá del concepto de "final", tan usado en las últimas semanas. "Si queremos tener opciones hay que ganar allí. El equipo está bien moralmente, con ánimo. Sé que los números no son buenos en las últimas semanas, de 18 puntos hemos sumado 4. Son pocos puntos. Pero es una motivación extra, un desafío. Tiene que ayudarnos a rendir mejor", añade.

Insiste el técnico en el elemento emotivo, un aspecto que, así lo cree, puede definir el éxito o el fracaso al final del curso. "Me da la impresión de que el equipo que soporte mejor la presión y la tensión hasta el final de temporada es el que triunfará. Todos los equipos, los de arriba y los de abajo, se juegan algo a partir de ahora y hay que saber convivir con ese estrés", indica.

El estrés y la tensión, en el caso de los azules, se atenuaría con una victoria. A eso es a lo que se agarra ahora la plantilla. Para el entrenador, el camino hacia el triunfo no está tan lejos de la ruta seguida en las últimas semanas fuera de casa: "Me gustaría que siguiéramos compitiendo igual que en las recientes visitas, aunque con más suerte. En Lugo, en Tenerife y ante el Levante competimos bien. Hay que tener más fortuna en los momentos clave".

El rival, el Nàstic, tampoco llega a la cita en su mejor momento. Los catalanes ocupan el puesto 19.º en la tabla, después de sumar 6 puntos de los últimos 18 en juego. El Oviedo lucha por alcanzar un sueño mientras que el Nástic lo hace por huir de la pesadilla. A pesar de la situación, Hierro no se fía del rival de mañana: "Tienen carrileros largos, es un equipo profundo en la banda derecha. Tienen a Emaná, un futbolista con personalidad, que llega mucho desde la media punta. Tejera también es bueno y cuentan con gente rápida en las bandas". Y añade otro motivo para preocuparse: "Llevan anotados 14 goles en acciones a balón parado. Hemos trabajado durante la semana para estar prevenidos porque es su habilidad".

Firmeza en defensa, atención a las jugadas de estrategia y una mentalidad ganadora. Esos son los ingredientes para regresar a la buena senda. Los obstáculos llegan una semana más en el terreno de las ausencias. Linares y Verdés son los dos últimos en caerse por molestias. Hierro, otra vez, vuelve a mostrarse tranquilo en este aspecto. "Podéis estar tranquilos, que en Tarragona saldremos a jugar con once", sentencia el malagueño.