Hierro bromeó con la cantidad de gente que había en la rueda de prensa previa al partido de mañana (20 horas) ante el Sevilla Atlético, sacó unas notas que tenía apuntadas en un papel y dijo “venga, vamos al lío”. Al poco comenzó a contestar unas preguntas que se veían venir y en las que quería aclarar algunas cosas. Una de ellas era que de ninguna manera piensa darse por vencido mientras existiera alguna posibilidad de meterse en el play-off de ascenso a Primera. Las opciones son escasas: el Oviedo necesita ganar los dos partidos que le quedan, que el Valladolid los pierda y que el Huesca solo sume un punto. “Sigo creyendo, he visto cosas más raras, y además, cada vez que salgo al Tartiere hay un eslogan del club que dice nunca rendirse. Soy de esa filosofía, mientras matemáticamente haya opciones, pocas, muchas, más, menos,... Nunca rendirse”, dijo convencido el técnico del Oviedo.

A lo largo de sus casi veinte minutos de comparecencia insistió varias veces en esa idea: “Todavía veo la posibilidad y vamos a luchar por ella; no nos vamos a rendir; no nos deis por muertos todavía; mientras haya una posibilidad matemática no nos vamos a entregar”.

También quiso dejar claro que la culpa de la mala racha era toda suya: “El máximo responsable soy yo; el entrenador es el padre de todas las derrotas; no he repartido nunca las culpas”.

A este respecto salió a relucir también la alusión que hizo el entrenador a la falta de carácter del equipo tras caer (4-2) ante el Córdoba. Y tampoco dio ni un paso atrás en ese aspecto: “Ya dije en Córdoba que el carácter no se compra, se tiene o no se tiene, no tiene nada que ver con correr o no correr, ni con el esfuerzo o el sacrificio; son cosas que hay que separar. Lo llevo diciendo todo el año. No tengo ninguna queja del día a día de los chicos, de cómo entrenan, de cómo han afrontado esta semana, que no era una semana fácil. Simplemente es una cuestión de carácter. No es que yo haya dudado de la profesionalidad, ni del esfuerzo ni de la entrega, no va por ahí, cada uno que lo tome como quiera”, añadió.

Lo que sí parece haber molestado al entrenador son los rumores sobre su futuro. “Todo el mundo opina, todo el mundo escribe, todo el mundo habla y a mi teléfono no me ha llamado ni un solo periodista para preguntarme si es verdad. Nadie me ha preguntado por mi opinión, por qué piensas, por cómo lo ves. Me sorprende que sepáis más de mi vida que yo”, dijo a los medios presentes en El Requexón.

Preguntado a continuación acerca de si va o no a continuar, Hierro respondió que hasta que no termine la temporada no se sentará a hablar con el club: “Al final de temporada hablaremos con naturalidad, con normalidad, han salido nombres, equipos; ¿me habéis oído alguna vez hablar algo, dejar alguna puerta abierta? No, no he dejado ninguna puerta abierta. Ninguna. Solo he dicho que me debo a este club, que yo estoy bien aquí, que soy un profesional que quiero luchar hasta la última jornada por conseguir el reto”.

Lo que sí reconoció Hierro es que él ficho por el Oviedo para luchar por el ascenso: “Si vine aquí era para luchar por el play-off, no puedo echar balones fuera”. Un objetivo que, si finalmente no se logra, habrá sido, según Hierro, por poco: “Lo hemos tenido cerca, yo creo que a una victoria, una victoria que nos diera aire. Estamos cerca y hemos estado muy cerca todo el año”.

El técnico malagueño apostó por darlo todo hasta el último minuto. El primer día que toca hacerlo es mañana ante el Sevilla Atlético. Entiende Hierro “el dolor de la gente” y “lo que significa este club, el entorno que tiene y la exigencia que tiene”. Para dejar un buen sabor de boca en el que puede ser el último partido de la temporada en el Tartiere tan solo conoce una fórmula: “Si el estadio ve a un equipo que se deja la piel desde el minuto uno hasta el noventa se va contento. Vamos a luchar por las opciones que nos quedan”, zanjó.