El Oviedo prefiere dejar la calculadora a un lado y centrarse en lo que depende de ellos. Y lo único que pueden hacer es ganar su partido del sábado (20.30 horas) frente al Elche y esperar a que Valladolid y Huesca pierdan. Los azules no quieren un exceso de confianza ante un equipo que llega en un momento complicado después de consumar su descenso a Segunda División B.

Lucas Torró, uno de los fijos de Hierro (es el segundo de la plantilla que más minutos ha jugado, sólo por detrás del portero Juan Carlos), lo tiene muy claro: "Entonces no salimos de aquí. Si ocurre eso (pierden Valladolid y Huesca) y nosotros no ganamos sería para matarnos", decía el jugador tras el entrenamiento de ayer en El Requexón. El alicantino está convencido de que sacarán el partido adelante: "Esperemos que podamos ganar y creo que lo vamos a hacer porque no nos queda otra. Se lo debemos también a la afición".

Una afición que fue crítica con el equipo en el partido que ganaron (1-0) el domingo al Sevilla Atlético, algo que es para Torró "normal". "Era normal ese ambiente en el Tartiere por la situación en la que estábamos", dijo. Y es que el centrocampista es consciente de que el final de temporada que han realizado los azules ha sido un tanto decepcionante. "Cuando llegas a final de temporada y no dependes de ti mismo es complicado. Sí que da un poco de rabia, de impotencia, porque hemos estado casi toda la temporada ahí y al final hemos bajado un poco el nivel", apuntó.

Tampoco se quiere fijar demasiado el medio alicantino en la posibilidad de ganar por más de siete goles, algo que les daría la clasificación en el caso de que perdiera el Huesca y empatara el Valladolid: "Nosotros tenemos que intentar ganar por lo máximo posible, por cuantos más goles mejor".