El ejemplo de Héctor Nespral resume de forma perfecta la situación de la cantera en las últimas temporadas. El centrocampista ha superado cada escalón en las categorías inferiores del Oviedo hasta que se ha encontrado con el peldaño de más dificultad: el del primer equipo. Tras debutar en la última jornada de la pasada temporada, este curso se le ofreció la oportunidad de formar parte de la primera plantilla. Héctor se buscó un hueco semana a semana en El Requexón, con una actitud intachable, para disfrutar de minutos pero no terminó de llegar esa oportunidad. Su única participación con los azules llegó en la última fecha. Con 0-2 en el Martínez Valero y la atención puesta en otros campos, Héctor disputó con la zamarra azul los últimos 8 minutos de la victoria (0-2) ante el Elche.
En su falta de oportunidades ha pesado la construcción de una plantilla llamativamente amplia. La competencia era especialmente feroz en el centro del campo. Héctor tuvo que luchar por uno de los dos puestos de pivote con pesos pesados como Erice y Vila e incorporaciones como Lucas Torró y David Rocha. El cambio de Bedia por Borja Domínguez como candidato en la medular tampoco le ayudó a tener más opciones.
El partido de Elche no supuso su estreno en Segunda, pues ese paso ya lo había dado la temporada anterior. Entonces fue en una ocasión poco agradable. En la última jornada, el Oviedo recibía a Osasuna tras haber dilapidado sus opciones al play-off con un final pésimo de campaña. Héctor emergió desde el Vetusta para formar en el centro del campo. Aquellos 90 minutos en el 0-5 que metió a los rojillos en la promoción de ascenso supusieron su estreno.
Héctor Nespral es uno de los futbolistas que acaba contrato el próximo 30 de junio y, como al resto de compañeros en la misma situación, el conjunto azul le ha emplazado a conocer la identidad del entrenador para tomar una decisión definitiva sobre su futuro. Su poco protagonismo esta temporada hace que resulte difícil pensar en su continuidad en el primer equipo azul otro año más.
De salir este verano, el de Héctor sería un caso más de oviedista formado en la casa que debe ganarse la vida en otros clubes. Una práctica muy habitual en los últimos años con el equipo alejado de la élite.
