Mientras esperaban a que comenzara a arder la hoguera de San Juan, los oviedistas sonreían. El club acababa de anunciar a Juan Antonio Anquela, el entrenador que más les convencía de todos los que sonaban como candidatos al banquillo azul. Un hombre llano, que se ha ganado el prestigio trabajando en equipos humildes, consiguiendo buenos resultados con ellos y forjándose una fructífera trayectoria por pura meritocracia. "Tiene buena pinta", repetían los aficionados.

Unas horas antes de que comenzara la noche de San Juan, el aficionado azul había recuperado el optimismo. "Con Anquela las cosas nos van a ir bien. Es un paisano", repetían. El club confirmaba ayer lo que adelantó LA NUEVA ESPAÑA el viernes, que el andaluz, de 59 años, vendría con su equipo de confianza, con Juanjo Carretero como segundo y Marcos Marcén de preparador físico. Junto a ellos estará Daniel Mayo, que hará las veces de analista, y Sergio Segura, hombre de la casa, que seguirá como entrenador de porteros.

Carretero explicaba en este periódico que Anquela y él son gente que va "de frente". "El factor humano tiene para nosotros un porcentaje altísimo", insistía. Y en eso coincide todo el mundo que ha trabajado con él. Anquela vivió uno de sus momentos más importantes desde que es entrenador cuando el Granada le dio la alternativa en Primera. Las cosas después no cuajaron pero la ilusión y la humildad con la que llegó a la localidad andaluza cuadran con la imagen de sencillez que le acompaña. "Si digo la verdad nunca he visto tanto periodista y tanta cámara, pero bueno, a todo se acostumbra uno y esperemos verlo durante mucho tiempo", decía nada más comenzar la rueda de prensa en la que Quique Pina le presentaba como técnico del Granada. Entrenar en Primera era el sueño de su vida. Por fin el camino que había comenzado en el equipo de su tierra, el Jaén, en Segunda B, le llevaba a lo más alto: "Es lo que llevo toda la vida peleando por conseguir".

Una ilusión que no le impedía ser consciente de que en el fútbol todo depende de que el balón entre en la portería. "Si las cosas no van bien habrá muchas críticas, pero en el fútbol hay que estar preparado para eso, yo seré el mismo en los momentos dulces y en los amargos. El fútbol me ha enseñado que puede venir lo mejor y lo peor", añadía.

Evitar los problemas. "Trabajar conmigo es facilísimo, cada uno tiene su parcela, lo único que trato siempre es de evitar problemas, es lo que he hecho en todos los equipos", explicaba sobre su manera de llevar una plantilla. Evitarlos mientras sea posible. La imagen de Anquela encarándose con el futbolista David López que se vio hace unos días durante el partido de vuelta del play-off de ascenso que enfrentaba al Huesca y al Getafe habla de un entrenador con nervio, capacitado para poner en su sitio a un jugador cuando considera que se ha pasado de la raya.

Un valiente. Que sea un tipo sencillo, sin florituras, no le convierte en un técnico conservador. Al contrario. Carretero, su ayudante, explicaba que a Anquela le gusta llegar al área contraria "de forma masiva". Él jugó como extremo y tiene predilección por esa posición. Le gusta abrir el campo y, si el equipo que tiene a su disposición se lo permite, atacar mucho. "De los equipos que se clasificaron para el play-off, el Huesca y el Tenerife fuimos los que más propusimos en ataque", manifestaba su ayudante, intentando borrar cierta imagen de entrenador defensivo que en nada se corresponde con la realidad.

El 4-2-3-1 como sistema. En el Huesca ha apostado la mayor parte de las veces por un 4-2-3-1. Pero más allá del sistema, los equipos que entrena Anquela destacan por la intensidad con la que salen al campo sus jugadores. Al de Linares (Jaén) le gusta que sus futbolistas presionen arriba y que sean solidarios cuando les toca defender. En Huesca llamaba la atención cómo cuidaba cada detalle. A los periodistas que cubrían la información del club oscense les sorprendía como preparaba sesiones específicas para trabajar los saques de banda. Anquela es también de los que mira cómo juega el rival y en función de eso hace pequeñas modificaciones para cada partido en concreto.

En el fútbol todo es posible. "Si en la vida real me dicen que va a venir un burro volando, no me lo creo; si me lo dicen en el fútbol, te pido una silla y me siento a verlo pasar". Esta frase pronunciada durante una rueda de prensa habla de un entrenador que nunca da nada por perdido, para el que no hay imposibles cuando juegan once contra once en un campo de fútbol. ¿Cómo no lo va a pensar alguien que eliminó al Madrid de la Copa del Rey entrenando al Alcorcón? Un momento histórico que Anquela ha conseguido que no eclipse toda su trayectoria posterior. Y eso que endosarle un 4-0 al Madrid con un equipo de Segunda B es quizá una de las gestas más grandes del fútbol patrio. Una gesta que remató pasando la eliminatoria. La temporada (2009-10) la culminó con el primer ascenso del Alcorcón a Segunda. En esa línea, otra de las frases que se le han escuchado es que "con trabajo, pasión y humildad, todo es posible. Todo". Y lo demostró.

Un entrenador resucitado. Su etapa en el Granada duró 21 partidos. La paciencia no es una virtud muy común en el fútbol y menos en Primera División. Pero Anquela supo reponerse y hacer un punto y aparte en su carrera. Lo hizo volviendo a Segunda y con un proyecto en el que encajó como un guante. En el Numancia se encontró con un club serio, trabajador y humilde. Las mismas palabras con las que le suele describir a él. Llevó ese proyecto hasta donde pudo, coqueteando con la zona alta de la clasificación en Segunda, aunque concluyendo en las dos temporadas que estuvo en Soria lejos del play-off. Tras dejar el Numancia, se pasó media temporada sin entrenar hasta que le llamó el Huesca para reflotar un equipo que se había metido en una situación peligrosa, en puestos de descenso. En temporada y media ha llevado al equipo oscense a hacer la mejor temporada de su historia y ha dado otro salto más para encabezar un proyecto ambicioso como el del Oviedo. La resurrección tras sufrir el mayor revés de su carrera en Granada sería completa si al final logra su primer ascenso a Primera. Una de los pocos retos que le quedan por cumplir.

Los jugadores crecen con él. Sergi Enrich se convirtió en un delantero de Primera después de cuajar una magnífica temporada con Anquela en el Numancia. Hasta que no llegó el jienense a Soria, Enrich no terminó de explotar y ahora encadena dos campañas seguidas como referente ofensivo en el Eibar, en Primera. Ahora, Enrich suena para proyectos ambiciosos incluso fuera de España. En el Numancia supo sacar también lo mejor de un veterano como Julio Álvarez. Otro al que se le abre un futuro muy prometedor tras estar con Anquela es a Samuel Sáiz. El delantero, de 25 años, tiene varias propuestas para jugar en Primera División, entre ellas una del Eibar.

Al Oviedo, con buen pie. Anquela será presentado el lunes, a las 12 horas, en el Carlos Tartiere. Las únicas declaraciones que realizará hasta ese momento han llegado a través del club. En ellas ha alabado al máximo accionista del Oviedo y al proyecto que trata de poner en marcha: "Soy consciente de la importancia del proyecto del Grupo Carso y de que antes o después este equipo regresará a Primera". También ha tenido palabras elogiosas para una afición a la que ya se había referido anteriormente como una de las mejores de España: "Este club y está afición son increíbles; con ellos se puede ir a cualquier parte". Célebres son también sus declaraciones hablando de lo complicado que es jugar en el Tartiere cuando pasó por Oviedo con equipos rivales. "Este campo se come a los futbolistas, para jugar en el Oviedo hay que ser futbolista de verdad", llegó a decir. Un verbo claro y directo que ha conectado bien desde el principio con una afición que espera ver la próxima temporada a un equipo aguerrido, que haga del Tartiere un fortín y que se empape de la personalidad del entrenador que ahora toma las riendas del club azul en busca del sueño de retornar en a Primera tras los años en el barro.

Un técnico sin artificios. Ver a Anquela en una rueda de prensa es ver a un tipo corriente hablando de forma directa, sin sofisticaciones artificiales ni palabras extrañas. Así, como un entrenador que se expresa como la gente normal, coge las riendas de un club sediento de gloria.

Los hombres de Anquela

Juanjo Carretero, una mano derecha con muchas tablas

Juanjo Carretero ha sido el fiel compañero de Juan Antonio Anquela en su etapa en el Huesca. Antes se habían encontrado en el Jaén. El madrileño comenzó su carrera en la Federación Madrileña, donde logró cuatro campeonatos de España y un subcampeonato de la Copa de las Regiones UEFA. Fue entrenador del Fuenlabrada en Segunda B. Después, como segundo, estuvo en el Numancia, el Hércules, el Albacete y el Ceuta, entre otros. También fue técnico ayudante de Andoni Goikoetxea en la selección de Guinea Ecuatorial. Dirigió al Atlético de Madrid Féminas y después se fue al fútbol chino. Volvió a España tras la llamada de Anquela.

Marcos Marcén será el preparador físico

Juan Antonio Anquela ha descubierto en Huesca a un preparador físico que, pese a su gran juventud (24 años), le ha convencido. Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, también tiene un máster en Preparación Física en el Fútbol. Siempre ha trabajado en el Huesca, el club de su tierra, donde comenzó como readaptador hasta asumir la preparación física del equipo con la llegada de Anquela. En Oviedo va a vivir su primera experiencia en un club de fútbol fuera del Huesca. La buena conexión con el entrenador andaluz y con su segundo le ha llevado a seguir a Anquela en su nuevo proyecto en el equipo azul.

Dani Mayo, el encargado de analizar los vídeos

Nacido en Argentina, con nacionalidad española, Dani Mayo será el técnico analista y asistente en el cuerpo técnico de Anquela. Tras su etapa como jugador, donde se consolidó en la Primera División argentina, dio el salto a España donde llegó a militar en Primera, en las filas del Numancia. En su etapa como técnico ha sido segundo entrenador de Fabri en la Ponferradina (Segunda División) y también trabajó junto a Rafa Berges en el Logroñés. Sus inicios fueron en el fútbol base valenciano. Dani Mayo llega al Oviedo como analista asistente de Juan Antonio Anquela.

Sergio Segura seguirá de entrenador de porteros

El entrenador de porteros del Oviedo seguirá siendo Sergio Segura, que se incorporó a mitad de la pasada temporada al cuerpo técnico de Hierro. El madrileño, que llegó a militar en el Oviedo en su época de jugador, continuará una campaña más al frente de los guardametas de la primera plantilla, además de coordinar el área de porteros de la cantera oviedista. Será su cuarto año en el cuerpo técnico de la entidad. Segura fue portero del Rayo Vallecano, Poli Ejido, Mérida, Alcorcón y Caudal. En el club mierense vivió una larga y fructífera etapa. También pasó por el Lenense.